“Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”.
San Lucas 17, 7-10
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. UN DUEÑO TIENE UN SIERVO, UN ESCLAVO A SU SERVICIO
Sólo Lucas trae esta parábola. Se refiere, manifiestamente, a los apóstoles, y se relaciona
con el pasaje anterior, por razón de esta humildad que ha de tenerse, incluso si los
discípulos de Cristo, por su fe, hacen milagros.
La imagen está tomada de la vida real de la palestina de aquel tiempo. Un dueño tiene un
siervo, un esclavo a su servicio. Lo tiene trabajando primero en el campo; al terminar estas
faenas, el siervo, que en aquella concepción de servidumbre o esclavitud no se le considera
con derechos, sino con los deberes de servir y obedecer a su amo, deberá continuar
prestando servicios: servirle a la mesa, y no pensar que el dueño se va a poner a servirle a
él.
2. NOSOTROS SOMOS COLABORADORES DE DIOS
De esta vida de un mundo social duro saca Cristo la lección para sus apóstoles en el
servicio de su misión. Que no piensen en ventajas ni provechos; que no se enorgullezcan,
incluso si hacen milagros: sólo hicieron lo que tenían que hacer (Lc 10:20). La frase “somos
siervos inútiles” no ha de apurársela demasiado. Es un modo vulgar de reconocer que, en
este orden espiritual de apostolado, de suyo no se es nada: todo es don de Dios, como nos
dice san Pablo en 1 Cor 3:4-6, que uno puede ser el que plante, otro el que riegue, pero el
da el crecimiento es Dios, así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, quien
da el crecimiento. El que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno Recibirá
su recompensa conforme a su propia labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios,
y vosotros sois huerto de Dios, edificio de Dios.
3. NO VINO PARA SER SERVIDO, SINO PARA SERVIR
Dijo Jesus: El Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida
en rescate por una multitud Mt 20-20-28. Jesús nos da en esta frase una gran lección de
humildad y también nos dice; “El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y
el que quiera ser el primero, que se haga su esclavo”. Esto para que sus discípulos no
descansen en la idea que ya se ha hecho suficiente, es decir que se tiente en decir ya hice
mi parte y que los demás ahora hagan la suya. Una frase del Papa Pio XII dice; tengo más
temor del cansancio de lo buenos, que a la misma actividad de los malos.
4. ÉL CREE QUE SE BASTA A SI MISMO, QUE NO NECESITA A NADIE
Muchas veces nos encontramos con personas de gran espíritu de servicio, son estas
abnegadas y muy generosa, que nunca piensa en sí misma, sin embargo, manifiesta con
gran pena “si no fuera por mí, nada se haría, soy la única que hace algo, pero eso es
manifestación de soberbia, como también el soberbio es autosuficiente, porque él cree que
se basta a si mismo, que no necesita a nadie, ni de Dios ni de los demás. Además goza de
gran autocomplacencia al sentirse muy satisfecho de si mismo, entonces se gloria de si
mismo, el solo se auto alaba y se complace de todo.
5. NUESTRO DEBER HACER EL BIEN Y ESPERAMOS QUE TODO EL MUNDO
HAGA LO MISMO
Sin embargo, no somos libres de hacer lo que se nos de la gana, vivimos en un cierto orden
y tenemos obligaciones que no podemos dejar de cumplir. Nuestro deber hacer el bien y
esperamos que todo el mundo haga lo mismo, como del mismo modo nuestra obligación es
evitar hacer el mal, y deseamos que todo hagan lo mismo. Entonces si hacemos el bien y si
los demás también lo hacen, nos estamos haciendo otra cosa, que lo que nos corresponde,
y estamos actuando fielmente y dentro de nuestra obligación moral.
6. NO SOMOS MÁS QUE SIERVOS, SÓLO HEMOS HECHO LO QUE TENÍAMOS
QUÉ HACER.
Y así es como el Señor nos ve: No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que
teníamos qué hacer. El buen siervo lo sabe, cuando el médico recibe herido mortalmente a
un herido y le salva la vida, hizo lo que tenía que hacer, del mismo modo en la actividad que
a cada uno nos corresponde forjar, con el compromiso que sea de forma esmerada,
apreciando con amor lo que Dios nos ha puesto como tarea para hacer, de modo de sentir
gozosamente la felicidad y la satisfacción del deber cumplido.
El Señor les Bendiga