EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Miércoles de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
Libro de Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28.
El rey Baltasar ofreció un gran banquete a mil de sus dignatarios, y bebió vino en la
presencia de esos mil.
Estimulado por el vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y plata que
Nabucodonosor, su padre, había sacado del Templo de Jerusalén, para que
bebieran en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas.
Entonces trajeron los vasos de oro que habían sido sacados del Templo, de la Casa
de Dios en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y sus
concubinas.
Mientras bebían vino, glorificaban a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro,
madera y piedra.
De pronto, aparecieron unos dedos de mano humana, que escribían sobre el estuco
del muro del palacio real, frente al candelabro, y el rey veía el extremo de esa
mano que escribía.
Entonces el rey cambió de color y sus pensamientos lo llenaron de espanto; se le
aflojaron todos los miembros y se entrechocaban sus rodillas.
Daniel fue introducido en la presencia del rey, y este, tomando la palabra, le dijo:
"¿Así que tú eres Daniel, uno de los deportados judíos que el rey, mi padre, hizo
venir de Judá?
Yo he oído decir que en ti reside el espíritu de los dioses, y que se han hallado en ti
clarividencia, perspicacia y una sabiduría superior.
Yo he oído de ti que puedes dar interpretaciones y resolver problemas. Si tú ahora
puedes leer la inscripción y me haces conocer su interpretación, te vestirás de
púrpura, llevarás un collar de oro en tu cuello y ocuparás el tercer puesto en el
reino".
Daniel tomó la palabra y dijo en presencia del rey: "Puedes guardar para ti tus
dones y dar a otros tus regalos; de todas maneras, yo leeré al rey la inscripción y le
haré conocer su interpretación.
Te has exaltado contra el Señor del cielo: han traído a tu presencia los vasos de su
Casa, y han bebido vino en ellos, tú y tus dignatarios, tus mujeres y tus
concubinas; has glorificado a los dioses de plata y oro, de bronce, hierro, madera y
piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has celebrado al Dios que tiene
en su mano tu aliento y a quien pertenecen todos tus caminos.
Por eso ha sido enviada esta mano de parte de él, y ha sido trazada esta
inscripción.
Esta es la inscripción que ha sido trazada: Mené, Tequel, Parsín.
Y esta es la interpretación de las palabras: Mené: Dios ha contado los días de tu
reinado y les ha puesto fin;
Tequel: tú has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso;
Parsín: tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y a los persas".
Libro de Daniel 3,62.63.64.65.66.67.
Sol y luna, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Astros del cielo,bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Vientos todos, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Fuego y calor, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Frío y calor, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Evangelio según San Lucas 21,12-19.
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las
sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de
mi Nombre,
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,
porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus
adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y
amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.
Comentario del Evangelio por
Concilio Vaticano II
Constitución dogmática sobre la Iglesia «Lumen gentium» §41-42
Esta será para vosotros la ocasión de dar testimonio
Sepan también que están especialmente unidos a Cristo, paciente por la
salvación del mundo, aquellos que se encuentran oprimidos por la pobreza, la
enfermedad, los achaques y otros muchos sufrimientos, o los que padecen
persecución por la justicia. A ellos el Señor, en el Evangelio, les proclamó
bienaventurados, y «el Dios de toda gracia, que nos llamó a su eterna gloria en
Cristo Jesús, después de un breve padecer, los perfeccionará y afirmará, los
fortalecerá y consolidará» (1 P 5, 10).
Dado que Jesús, el Hijo de Dios, manifestó su amor entregando su vida por
nosotros, nadie tiene mayor amor que el que entrega su vida por El y por sus
hermanos (cf. 1 Jn 3,16; Jn 15,13). Pues bien: algunos cristianos, ya desde los
primeros tiempos, fueron llamados, y seguirán siéndolo siempre, a dar este
supremo testimonio de amor ante todos, especialmente ante los perseguidores. Por
tanto, el martirio, en el que el discípulo se asemeja al Maestro, que aceptó
libremente la muerte por la salvación del mundo, y se conforma a El en la efusión
de su sangre, es estimado por la Iglesia como un don eximio y la suprema prueba
de amor, Y, si es don concedido a pocos, sin embargo, todos deben estar prestos a
confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle, por el camino de la cruz, en
medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”