El auténtico celo apostólico es amor que se entrega
2011-11-09
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en
el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus
mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus
ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las
monedas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quiten todo de aquí y no
conviertan en un mercado la casa de mi padre».
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu
casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: «¿Qué señal nos das de que
tienes autoridad para actuar así?». Jesús les respondió: «Destruyan este templo y
en tres días lo reconstruiré». Replicaron los judíos: «Cuarenta y seis años se ha
llevado la construcción del templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre
los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en
la Escritura y en las Palabras que Jesús había dicho. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Padre mío, te pido guíes mi oración para que aumente mi fe y mi celo por estar
siempre dispuesto a defender la verdad que me has revelado en la Sagrada
Escritura. Sé que siempre me escuchas, dame la capacidad de percibir tu voz,
Señor y Dios mío.
Petición
Señor, concédeme corresponder a tu inmenso amor siendo siempre fiel a tu
Palabra.
Meditación
El auténtico celo apostólico es amor que se entrega
«La purificación del templo ¿fue quizás el principio de una revolución política? Toda
la actividad y el mensaje de Jesús desde las tentaciones en el desierto, su
bautismo en el Jordán, el Sermón de la Montaña, hasta la parábola del Juicio final y
su respuesta a la confesión de Pedro se oponen decididamente a ello, como
hemos visto en la primera parte de esta obra. No. La insurrección violenta, el matar
a otros en nombre de Dios no se corresponde con su modo de ser. Su “celo” por el
Reino de Dios fue completamente diferente. […] Los discípulos han reconocido a
Jesús al recordar al justo que sufre: el celo por la casa de Dios lo lleva a la Pasión,
a la cruz. Este es el vuelco fundamental que Jesús ha dado al tema del celo. Ha
transformado el «celo» de servir a Dios mediante la violencia en el celo de la cruz.
De este modo ha establecido definitivamente el criterio para el verdadero celo, el
celo del amor que se entrega. El cristiano ha de orientarse por este celo»
(Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 9 y 12).
Reflexión apostólica
«La formación apostólica tiene como fin forjar en cada miembro del Movimiento un
corazón de apóstol, lleno de celo por la salvación de los hombres, y dotarle de
conocimientos, habilidades y recursos para desarrollar una labor eficaz en la
evangelización y las obras de caridad cristiana» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 387).
Propósito
Vigilar mi actitud, que se refleja en mi postura, vestido, silencio, al entrar a una
iglesia o capilla.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, te pido la gracia de entregarme a mi misión en tu Iglesia, por medio
del Regnum Christi, con la misma intensidad, entrega y amor con que Tú lo hiciste.
Sólo así mi vida tendrá un sentido para mí y para los demás. Quiero tener el celo
apostólico que te consumía porque no había nada más grande que tu amor a Dios.
«Un hombre con celo cambia el mundo»
( Cristo al centro, n. 1618).