EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Jueves de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
Libro de Daniel 6,12-28.
Aquellos hombres acudieron precipitadamente y encontraron a Daniel orando y
suplicando a su Dios.
Entonces de presentaron ante el rey y, refiriéndose a la prohibición real, le dijeron:
"¿Acaso no has escrito una prohibición según la cual todo el que dirija una oración
dentro de los próximos treinta días, a cualquier dios u hombre que no seas tú, rey,
debe ser arrojado al foso de los leones?". El rey tomó la palabra y dijo: "Así es, en
efecto, según la ley de los medos y de los persas, que es irrevocable".
Entonces ellos tomaron la palabra y dijeron en presencia del rey: "Daniel, uno de
los deportados de Judá, no te ha hecho caso, rey, ni a ti ni a la prohibición que tú
has escrito, y tres veces al día hace su oración".
Al oír esto, el rey se apenó profundamente y puso todo su empeño por salvar a
Daniel: hasta el atardecer se esforzó por librarlo.
Pero esos hombres acudieron precipitadamente al rey y le dijeron: "Tienes que
saber, rey, que según la ley de los medos y de los persas, ninguna prohibición o
edicto promulgado por el rey puede ser modificado".
Entonces el rey mandó traer a Daniel y arrojarlo al foso de los leones. El rey tomó
la palabra y dijo a Daniel: "Tu Dios, al que sirves con tanta constancia, te salvará".
Luego trajeron una piedra y la pusieron sobre la abertura del foso; el rey la selló
con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que no se cambiara nada en lo
concerniente a Daniel.
El rey se retiró a su palacio; ayunó toda la noche, no hizo venir a sus concubinas y
se le fue el sueño.
Al amanecer, apenas despuntado el día, el rey se levantó y fue rápidamente al foso
de los leones.
Cuando se acercó a él, llamó a Daniel con voz angustiosa. El rey tomó la palabra y
dijo a Daniel: "Daniel, servidor del Dios viviente, ¿ha podido tu Dios, al que sirves
con tanta constancia, salvarte de los leones?".
Daniel dijo al rey: "¡Viva el rey eternamente!
Mi Dios ha enviado a su Angel y ha cerrado las fauces de los leones, y ellos no me
han hecho ningún mal, porque yo he sido hallado inocente en su presencia;
tampoco ante ti, rey, había cometido ningún mal".
El rey sintió una gran alegría a causa de Daniel, y ordenó que lo sacaran del foso.
Daniel fue sacado del foso, y no se le encontró ni un rasguño, porque había
confiado en su Dios.
Luego el rey mandó traer a los hombres que habían acusado a Daniel y los hizo
arrojar al foso de los leones, con sus hijos y sus mujeres. Y no habían llegado aún
al fondo del foso, cuando ya los leones se apoderaron de ellos y les trituraron todos
los huesos.
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan
sobre la tierra: "¡Tengan ustedes paz en abundancia!
Yo ordeno que en todo el dominio de mi reino se tiemble y se sienta temor ante el
Dios de Daniel, porque él es el Dios viviente y subsiste para siempre; su reino no
será destruido y su dominio durará hasta el fin.
El salva y libera, realiza signos y prodigios en el cielo y sobre la tierra. El ha salvado
a Daniel del poder de los leones".
Libro de Daniel 3,68.69.70.71.72.73.74.
Heladas y nieves, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Frío y hielo, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Nieves y escarchas, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Noches y días, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Rayos y nubes, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente.
Que la tierra bendiga al Señor, que lo alabe y lo ensalce eternamente.
Evangelio según San Lucas 21,20-28.
Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima.
Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de
la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella.
Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá
cumplirse.
¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será
grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo.
Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y
Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos
llegue a su cumplimiento.
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos
serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas.
Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los
astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de
gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está
por llegarles la liberación".
Comentario del Evangelio por:
Homilía Griega del siglo IV
Sobre la Pascua, 44-48; PG 59, 743; SC 27 (inspirada en una homilía
perdida de San Hipólito)
La victoria del Hijo del hombre, que vino y que viene
¿Qué es el advenimiento de Cristo? La liberación de la esclavitud y la
desestimación del antiguo contrato, el comienzo de la libertad y el honor de la
adopción, la fuente de la remisión de los pecados y la vida verdaderamente
inmortal para todos.
Como el Verbo, la Palabra de Dios, nos viene de lo alto, tiranizados por la muerte,
disueltos, atados por los lazos de la caída, llevados por un camino sin retorno, vino
para tomar la naturaleza de Adam, el primer hombre, según el designio del Padre.
No les confió a ángeles ni a arcángeles la tarea de nuestra salvación, sino Él mismo
tomó sobre sí el combate por nosotros, obedeciendo las órdenes del Padre...
Recogiendo y recapitulando en Él toda la grandeza de su divinidad, vino a la medida
que quiso... por el poder del Padre no perdió lo que tenía, pero tomando lo que no
tenía, llegó a ser tal, que se convirtió en un ser limitado...
Mira que es el Señor: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha" (Sal
109,1)... Ve que es el Hijo: "Él me llamará Padre, y yo lo haré mi Hijo" (Salmo
88,27-28) ... Observa que también es Dios: "Los poderosos vendrán y se postrarán
ante ti; te rogarán, porque tú eres su Dios" (Isaías 45,14) ...
Mira que es el Rey eterno: "Cetro de justicia, es tu cetro real... Dios, tu Dios te ha
ungido con óleo sagrado "(Salmo 44,7-8)... Ve que es el Señor de los ejércitos,
"¿Quién es este Rey de gloria? El Señor de los ejercitos, Él es el Rey de gloria " (Sal
23,8)... También vemos que es el Sumo y Eterno Sacerdote, "Tú eres sacerdote
para siempre" (Salmo 109,4). Pero si él es Señor y Dios, Hijo y Rey, Señor y sumo
y eterno sacerdote, y porque ha querido, "también es hombre: ¿quién lo
comprenderá?"(Jer 17,9 LXX)...
Como Dios y como hombre, Jesús vino a nuestra casa... Se revistió de nuestro
cuerpo miserable y caduco... y se hizo cargo de nuestro cuerpo con sus
enfermedades, y las curó con su poder, para que se cumpliera la palabra: "Yo soy
el Señor... te cogeré de la mano derecha y te fortaleceré... Yo soy el Señor, este es
mi nombre... Y el último enemigo, la muerte, será destruida... Muerte, ¿dónde está
tu aguijón? "(Is 42,6; 1 Cor 15,26.55).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”