“no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios”.
Lc 19, 41-44:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
SE TRATA DEL DÍA EN EL QUE HEMOS DE DECIDIR SI ESTAMOS “CON ÉL” O
“CONTRA ÉL”
El cuadro apocalíptico de la destrucción de Jerusalén, castigada por su infidelidad, se
contrapone a la figura ejemplar de Matatías, que escoge la lucha armada contra el opresor
antes que transgredir la ley del Señor. Se trata de unas imágenes crudas, imágenes que
nuestra sensibilidad tiende a rechazar: la ciudad santa, cegada por una decisión divina que
la condena de una manera inexorable; el gesto sanguinario de Matatías, que golpea con la
misma violencia contra el altar profanado y contra los profanadores... Ahora bien, por
encima del lenguaje, es el radicalismo de la decisión de fe lo que cuenta.
El «día de la salvación» y el «día del juicio» coinciden: es el día de la elección absoluta, día
que corresponde en nuestro caso a toda la vida y se condensa en el instante de la muerte.
Se trata del día en el que hemos de decidir si estamos “con él” o “contra él”, y no valen
medias tintas, componendas, vacilaciones, distinciones. La persecución es gracia siempre
que se convierta en ocasión de un testimonio de fe. El Señor «visita» para salvar. Si su
visita se transforma en condena, es sólo obra nuestra.
ORACION
Lloraste por tu ciudad, Señor. Lloraste por tu gente.
Señor, que yo te encuentre como amigo junto a mí en el día de tu «visita». Que yo no cierre
ni el corazón ni la mente, de suerte que no sea capaz de leer en los acontecimientos el
signo de tu voluntad. Haz que te reconozca presente en los hermanos, a lo largo de los
caminos y en los acontecimientos de este mundo atormentado, para que el juicio no recaiga
sobre mí como recayó sobre la ciudad que fue incapaz de reconocer a tus profetas.
Haz que yo opte siempre por ti, incluso cuando esta opción exija una buena dosis de valor.
Haz que no pierda ni la confianza ni la esperanza aunque se presenten graves obstáculos a
la manifestación de mi fe.