Comentario al evangelio del Miércoles 23 de Noviembre del 2011
Queridos Amigos:
En la vida, todos los “síes” traen consigo unos “noes” y viceversa, como un 2 x 1 de los que nos
ofertan los mercados. En nuestro caso, es más difícil que deseemos llevar la oferta completa, sobre
todo cuando implica sacrificio, renuncias y son los “síes” los que llevan implícitos los “noes” Es lo
que advierte Jesús a sus discípulos. Seguirle y ser fieles a ese seguimiento no será un paseo…sin
embargo, al final, las dificultades, los obstáculos superados (y aquellos que no) no habrán sido en
vano.
Mientras leía el texto evangélico de hoy, pensaba en lo que supone ser coherentes con nuestra fe y que
nuestra vida esté marcada por ella y no sea el mero cumplimiento de unas normas establecidas a lo
largo del tiempo (dicho sea de paso, que pueden cambiar). Entonces, recordé las palabras de mi antiguo
párroco. Aquí se las quiero compartir (parafraseándole un poco) porque me parecen una buena luz
para confrontar nuestra vida con el evangelio de hoy.
“Un buen termómetro para medir nuestra vida cristiana puede ser el que desentonemos, al menos en
algo, con la norma. ¡Ojo! no me refiero a que haya que ser un rebelde sin causa o alguien que se crea
por encima de los demás; todo lo contrario. En medio de la normalidad, es necesario que -sin
proponérnoslo- seamos blanco de alguna crítica, que no todos nos vean como siempre simpáticos y
amigos de todo. El seguimiento coherente de Jesús encierra que a veces nos den la espalda, nos
persigan, y recibamos ofensas…incluso de aquellas personas a quienes estamos más ligados. Todo ello
porque no debemos nadar en favor de la corriente cuando ésta es opuesta al mensaje evangélico”.
Que el Señor haga removerse en nosotros aquello que más necesitamos poner en sintonía con Él.
Silvia Ugarte