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XXXIV Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Viernes
Lucas 21, 29-33
“Cuando vean que sucede esto, sepan que el Reino de Dios está cerca”. Este
advenimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento, aunque tal
acontecimiento y la prueba final que le ha de preceder estén „retenidos‟ en las
manos de Dios.
El Señor Jesús es Dios, es Señor de todo lo creado y permanece más allá de la
inestabilidad de las cosas visibles, por ello afirma: “El cielo y la tierra pasarán, mis
palabras no pasarán”. Frente a la fugacidad de todo lo creado sólo permanecerán
sus palabras, porque Cristo, que es la Palabra eterna del Padre, permanece para
siempre. Como Cristo, tampoco „pasará‟ o dejará de existir quien cree en Él y
guarda fielmente su palabra. Éste nada tiene que temer cuando venga el fin del
mundo, pues su nombre está inscrito en el Libro de la Vida .
¿Cuándo será el fin del mundo? Siempre han mentido y mienten o desvarían
aquellos que anuncian el fin del mundo “para tal día”. Jamás podrán ser dignos de
crédito. Es al Señor a quien nosotros escuchamos y creemos. Él ha dicho que «el
día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.
¿Y por qué Dios no ha querido revelar cuándo será aquél momento? Si
tenemos la certeza de que aquél día llegará, pero también la absoluta
incertidumbre del momento preciso, ¿no será lo sensato vivir en un estado de
continua vigilancia, un estar preparados en todo momento y no adormecerse
nunca?
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)