Comentario al evangelio del Lunes 28 de Noviembre del 2011
Hola, amigos y amigas:
Ayer, con el primer domingo de Adviento, hemos comenzado un nuevo Año litúrgico; ¿qué significa
esto para nosotros? Cuando llega el 1º de enero o el día de nuestro cumpleaños, caemos en la cuenta
del paso del tiempo: agradecemos, evaluamos, replanteamos sueños y tomamos decisiones, pero ¿y
cuando empezamos un nuevo Año litúrgico? En realidad, es un regalo de Dios para sacudirnos de la
rutina litúrgica en la que muchas veces caemos y emprender un nuevo camino de contemplación del
misterio íntegro de Cristo y que con la fuerza de su Palabra nos vaya “cristificando” cada vez más.
¿Cómo hacer esto? El Evangelio de hoy nos da la clave: Jesús queda admirado de la fe “tan grande” de
un centurión romano que le reconoce como Señor y se fía plenamente de su palabra. En contraste con
esta actitud, Jesús lamenta la poca fe del Pueblo elegido; quizá, sus altas expectativas mesiánicas y sus
muchos conocimientos teológicos se convirtieron en buenas excusas para no reconocer con sencillez a
Jesús y no abrirse a la novedad del Evangelio. Jesús termina afirmando: “vendrán muchos de oriente y
occidente a sentarse en el banquete del Reino de los cielos”.
El Adviento es tiempo para renovar nuestra fe. Un nuevo año litúrgico sólo podrá ser fecundo en
nosotros si leemos la Palabra de Dios con una fe viva como la del Centurión, que sea capaz de
despertarnos para reconocer la presencia del Señor en lo sencillo de cada día y creer en la fuerza
curativa y transformadora de su amor. A veces teorizamos tanto nuestra fe en Jesús, que diluimos la
fuerza real que ella tiene en la vida del que se abre a ella. Estamos llamados a vivir una fe solidaria,
como la del Centurión, que nos saque del estrecho mundo de nuestras propias necesidades para
comprometernos con los necesitados que tenesmo cerca. Una fe soñadora y comprometida, que crea de
verdad eso que dice la primera lectura: “de las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No
alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos
a la luz del Señor”. ¡Que tengamos un buen inicio del nuevo Año litúrgico!
Un saludo fraterno
Carlos Sánchez Miranda, cmf.
Carlos Sánchez Miranda, cmf