Centrarse en lo esencial.
2011-11-22
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo
y la belleza de las ofrendas votivas que la adornaban, Jesús dijo: «Días vendrán en
que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando: todo será
destruido».
Entonces le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal
de que ya está a punto de suceder?».
Él les respondió: «Cuídense que nadie los engañe, porque muchos vendrán
usurpando mi nombre y dirán: “Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado”. Pero no les
hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el
pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin».
Luego les dijo: «Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En
diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en
el cielo señales prodigiosas y terribles». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor y Dios mío, buscarte equivale a encontrarte, porque siempre Tú estás
dispuesto, esperándome en el Sagrario y en la oración. No quiero anteponer nada a
tu amor que es lo único definitivo y seguro que tengo en la vida. ¡Ven Espíritu
Santo! Ilumina y guía esta meditación.
Petición
Señor, concédeme la gracia de afianzar mi vida en Ti para poder ser testigo y
misionero de tu amor.
Meditación
Centrarse en lo esencial.
«Jesús no describe el fin del mundo, sino que lo anuncia con palabras ya existentes
del Antiguo Testamento. El hablar del futuro con palabras del pasado pone este
discurso a resguardo de cualquier vinculación cronológica. No se trata de una nueva
formulación de la descripción del porvenir, como sería de esperar de los adivinos,
sino de insertar la visión del futuro en la Palabra de Dios, que ya se nos ha dado, y
cuya estabilidad por un lado, y sus potencialidades abiertas por otro, resultan de
este modo evidentes. Queda claro que la Palabra de Dios de entonces ilumina el
futuro en su significado esencial. No ofrece, sin embargo, una descripción del
futuro, sino que nos muestra solamente el camino recto para ahora y para el
mañana.
Las palabras apocalípticas de Jesús nada tienen que ver con la adivinación. Quieren
precisamente apartarnos de la curiosidad superficial por las cosas visibles y
llevarnos a lo esencial: a la vida que tiene su fundamento en la Palabra de Dios que
Jesús nos ha dado; al encuentro con Él, la Palabra viva; a la responsabilidad ante el
Juez de vivos y muertos» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret , segunda parte, p. 23).
Reflexión apostólica
«Dar a conocer a Jesucristo es hacerse portadores del mensaje central del
Evangelio: el amor; un amor recibido, experimentado y valorado como prenda de
salvación en esta vida y en la eternidad, y que es a la vez impulso para fomentar la
solidaridad con todos, especialmente los más necesitados» (Manual del miembro
del Movimiento Regnum Christi , n. 74).
Propósito
Reflexionar sobre mis actividades ordinarias para ver si tienen valor de cara a la
eternidad.
Diálogo con Cristo
Tu Palabra, Señor, me da la seguridad para no temer a lo que ha de venir.
Ciertamente la inseguridad y la confusión de valores que dominan al mundo parece
que nada dejan en pie. Ayúdame a no perder el rumbo, que sepa dedicarme a lo
esencial, a trabajar con empeño en la misión de llevar tu Buena Nueva a los demás,
que es lo que realmente vale para la eternidad.
«Atención a no dejarnos envolver por los sofistas y los sofismas que hay de moda.
Cristo es eterno. Cristo es la misma eternidad. Cristo encierra en sí mismo todas las
épocas»
( Cristo al centro, n. 586).