Renuncia a la violencia
2011-11-24
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando vean a Jerusalén sitiada por
un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en
Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella;
los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de
castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.
«¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días!
Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará
contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las
naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo
que Dios les ha señalado.
Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las
naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la
gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre
el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del
hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a
suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su
liberación». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor Jesús, pasajes del Evangelio como el de hoy pueden parecer inquietantes en
un primer momento. Pero sabiendo que tengo la enorme gracia de poder tener un
momento de intimidad contigo en la oración, lo que hago es levantar la cabeza para
estar dispuesto a escucharte, porque sé que Tú eres mi liberación.
Petición
Jesús, Tú eres mi esperanza, ¡aumenta mi confianza!
Meditación
Renuncia a la violencia
«Como tema secundario hemos encontrado la invitación dirigida a los cristianos de
huir de Jerusalén en el momento de una profanación del templo de la que no se dan
más detalles. La historicidad de esta fuga en la ciudad transjordana de Pella no se
puede poner seriamente en duda. Este detalle, bastante marginal para nosotros,
tiene, sin embargo, un sentido teológico que no se debe infravalorar: el no
participar en la defensa armada del templo, en aquella campaña que convirtió el
mismo lugar sagrado en una fortaleza y en escenario de crueles acciones militares,
correspondía exactamente a la línea adoptada por Jeremías durante el asedio de
Jerusalén por parte de los babilonios. Joachim Gnilka, no obstante, hace notar
sobre todo la conexión de esta actitud con el núcleo del mensaje de Jesús: “Es
sumamente improbable que los creyentes en Cristo residentes en Jerusalén
participaran en la guerra. El cristianismo palestino ha transmitido el Sermón de la
Montaña. Por tanto, deben haber conocido los mandamientos de Jesús sobre el
amor a los enemigos y la renuncia a la violencia. Sabemos, además, que no
tomaron parte en la revuelta en tiempos del emperador Adriano”» (Benedicto XVI,
Jesús de Nazaret, segunda parte, p. 21).
Reflexión apostólica
«El ser humano sólo puede realizarse en el amor; en la entrega generosa y
confiada a los demás. La experiencia cotidiana ratifica constantemente esta verdad.
Por eso, el Regnum Christi , al comprometer apostólicamente a sus miembros en la
gran misión de la Iglesia, les ofrece un camino probado y seguro de profunda
alegría y un medio muy eficaz para vivir y hacer vivir un cristianismo integral y
encender por todo el mundo el fuego del amor» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 46).
Propósito
Erradicar toda forma de violencia en mis relaciones familiares y sociales.
Diálogo con Cristo
Gracias, Jesús, porque en las situaciones difíciles siempre apareces y sin tu
presencia nunca llega la paz, la serenidad, la justicia, el abandono en tu
Providencia. No hay problema, por más grande que sea, que no se pueda superar
estando Tú como centro de mi vida. Ayúdame a corresponder a tanto amor. Guía
mi misión de propagar la esperanza cristiana en mi familia y medio ambiente, por
eso con júbilo te canto
«¡Ven, Señor Jesús!».
«Cristo vencerá, Cristo triunfará, con nosotros o a pesar de nosotros»
( Cristo al centro, n. 585).