EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 11,16-19.
¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que,
sentados en la plaza, gritan a los otros:
'¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no
lloraron!'.
Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'.
Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: 'Es un glotón y un borracho,
amigo de publicanos y pecadores'. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus
obras".
Comentario del Evangelio por
San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo y doctor de la Iglesia
1er Discurso de la novena de Navidad
Responder a la llamada de Dios, para acoger al Salvador
Con un corazón ardiente, digamos con San Agustín: «Inflama nuestras
almas". Verbo encarnado, te hiciste hombre para encender en nuestros corazones
el fuego del amor divino: ¿cómo pudiste encontrar en nosotros tanta ingratitud? No
ahorraste nada para hacerte amar; llegaste a sacrificar tu sangre y tu vida. ¿De
dónde viene que los hombres permaneciéramos insensibles a tantos beneficios?
¿Posiblemente los ignoran? No, saben y creen que, por amor a ellos, viniste del
cielo revestido de carne humana y cargaste con nuestras miserias; saben que, por
amor para ellos, quisiste llevar una vida de continuos sufrimientos y sufrir una
muerte ignominiosa.
Después de esto ¿cómo explicar que viven en un olvido completo de tu
extrema bondad? Quieren a sus parientes, quieren a sus amigos, aman incluso a los
animales... ¡ Sólo hacia ti, no muestran amor ni reconocimiento! ¿Pero qué digo?
Acusando a otros de ingratitud, yo mismo me condeno, ya que mi conducta hacia ti
fue peor que la suya. No obstante, tu misericordia me devuelve el coraje; sé que
me sostuvo mucho tiempo, con el fin de perdonarme y de abrasarme en tu amor,
con la única condición de que quiera arrepentirme y quererte.
Sí, Dios mío, quiero arrepentirme; quiero amarte con todo mi corazón.
Aunque veo que mi corazón... te ha abandonado para gustar las cosas de este
mundo; pero veo también que, a pesar de esta traición, todavía me reclamas. Por
eso, con toda la fuerza de mi voluntad, te lo dedico y te lo doy. Dígnate pues
inflamarlo por completo de tu santo amor; haz que en lo sucesivo no ame otra cosa
más que a tí... Te quiero, Jesús; ¡te amo, mi sumo Bien ! Te amo, único amor de mi
alma.
María, madre mía, eres "la madre del amor hermoso" (Si 24,24 Vulg),
obténme la gracia de amar a mi Dios; es lo que espero de ti.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”