Esperanza en la justicia de Dios
2011-11-26
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 34-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Estén alerta, para que los vicios, la
embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día
los sorprenda desprevenidos; porque caerán de repente como una trampa sobre
todos los habitantes de la tierra.
«Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo
que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre». Palabra del
Señor.
Oración introductoria
Señor Jesús, sé que tu Evangelio de hoy no tiene la finalidad de causar miedo o
inquietud. Tú no estás esperando un momento de debilidad para llamarnos a juicio,
al contrario, personalmente creo que llamas a cada persona en su mejor momento.
Ilumina esta oración para que continúe con entusiasmo y confianza mi camino hacia
la santidad: hacer lo que me toca hacer, siempre y todo por amor a Ti.
Petición
Señor, dame la gracia de la perseverancia final.
Meditación
Esperanza en la justicia de Dios
«[El Credo de la Iglesia] se concluye con las palabras: “de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos”. Ya desde los primeros tiempos, la perspectiva del
Juicio ha influido en los cristianos, también en su vida diaria, como criterio para
ordenar la vida presente, como llamada a su conciencia y, al mismo tiempo, como
esperanza en la justicia de Dios. La fe en Cristo nunca ha mirado sólo hacia atrás ni
sólo hacia arriba, sino siempre adelante, hacia la hora de la justicia que el Señor
había preanunciado repetidamente. Este mirar hacia adelante ha dado la
importancia que tiene el presente para el cristianismo. […] En el desarrollo de la
iconografía, sin embargo, se ha dado después cada vez más relieve al aspecto
amenazador y lúgubre del Juicio, que obviamente fascinaba a los artistas más que
el esplendor de la esperanza, el cual quedaba con frecuencia excesivamente oculto
bajo la amenaza» (Benedicto XVI, encíclica Spe Salvi , n. 41).
Reflexión apostólica
«Dadas las necesidades de la Iglesia, el Movimiento aconseja a sus miembros
ofrecer a Dios una etapa de su vida mediante el trabajo apostólico de tiempo
completo desempeñándose como colaboradores del Regnum Christi . Además del
enorme servicio que ellos prestan a la Iglesia, esta etapa constituye un periodo
privilegiado de maduración personal, espiritual y apostólica, y una experiencia única
en la vida de entrega y dedicación a los demás» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 280).
Propósito
Vivir hoy el amor a Dios y los demás, como si fuera el último día de mi vida.
Diálogo con Cristo
Jesús, dame la gracia de vivir siempre en clave de esfuerzo personal en la oración y
la misión. No importa la duración de mi vida, lo importante es aprovecharla, minuto
a minuto, con una sana avaricia y, sobre todo, con mucho amor. Permite que sea tu
discípulo y misionero de ¡tiempo completo!
«El mundo necesita de apóstoles de tiempo completo, y no de apóstoles con horas
de oficina»
( Cristo al centro, n. 421).