EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América y Filipinas – Solemnidad
Libro de los Números 24,2-7.15-17a.
Cuando alzó los ojos y vio a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios vino
sobre él
y pronunció su poema, diciendo: "Oráculo de Balaam hijo de Beor, oráculo del
hombre de mirada penetrante;
oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del
que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis, pero con los ojos abiertos.
¡Qué hermosas son tus carpas, Jacob, y tus moradas, Israel!
Son como quebradas que se extienden, como jardines junto a un río, como áloes
que plantó el Señor, como cedros junto a las aguas.
El agua desborda de sus cántaros, su simiente tiene agua en abundancia. Su rey se
eleva por encima de Agag y su reino es exaltado.
Entonces pronunció su poema, diciendo: "Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo
del hombre de mirada penetrante;
oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del
que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis pero con los ojos abiertos.
Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca: una estrella se alza desde
Jacob, un cetro surge de Israel: golpea las sienes de Moab y el cráneo de todos los
hijos de Set.
Salmo 25(24),4bc-5ab.6-7bc.8-9.
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos.
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi
salvador, y yo espero en ti todo el día.
Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi
salvador, y yo espero en ti todo el día.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud: Por tu bondad, Señor,
acuérdate de mi según tu fidelidad.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud: Por tu bondad, Señor,
acuérdate de mi según tu fidelidad.
El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres.
Evangelio según San Mateo 21,23-27.
Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos
sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: "¿Con qué autoridad haces estas
cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?".
Jesús les respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me
responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas.
¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?". Ellos se
hacían este razonamiento: "Si respondemos: 'Del cielo', él nos dirá: 'Entonces, ¿por
qué no creyeron en él?'.
Y si decimos: 'De los hombres', debemos temer a la multitud, porque todos
consideran a Juan un profeta".
Por eso respondieron a Jesús: "No sabemos". El, por su parte, les respondió:
"Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto".
Comentario del Evangelio por
San Cirilo de Jerusalén (313-350) obispo de Jerusalén, doctor de la Iglesia
Catequesis bautismal 12, 6-8
«¿Por qué no habéis creído en su palabra?»
Los profetas fueron enviados con Moisés para curar al pueblo; lo intentaron con
lágrimas pero no pudieron dominar el mal, tal como lo dice uno de ellos: «La
felicidad ha desparecido del país, no queda ni un justo entre los hombres.» (Mi
7,2)... «Desde la planta del pie hasta la cabeza no queda nada sano: todo son
heridas, golpes, llagas en carne viva, que no han sido curadas ni vendadas, ni
aliviadas con aceite.» (Is 1,6) Los profetas, agotados por la lágrimas decían: «Ojalá
venga desde Sión la salvación de Israel.» (Sal 13,7) Las llagadas de la humanidad
sobrepasan los remedios que tenemos. Los hombres mataron a los profetas y
arrasaron tu santuario. (cf 1R 19,10) Nuestra miseria no puede ser sanada por
nosotros mismos. Eres Tú quien tienes que obrar nuestra curación.
El Señor escuchó la oración de los profetas. El Padre no ha despreciado
nuestra raza asesina. Ha enviado del cielo a su propio Hijo como médico. «Mirad,
yo envío mi mensajero a preparar el camino delante de mí y de pronto vendrá a su
templo.» (Mi 3,1) allí donde lapidasteis a su profeta. (cf 1Cr 24,11)... Dios mismo
dijo también: «Vendré y habitaré en medio de ellos y muchos pueblos ser
refugiarán en la presencia del Señor.» (Sal ¿) ...Ahora voy a venir y reunir a todos
los pueblos, de todas las lenguas, porque «vino a los suyos pero los suyos no la
recibieron.» (Jn 1,11)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”