Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Palabra de Dios
para alimentar tu día
Adviento,
Semana No. 1, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Se apiadará a la voz de tu gemido * Al ver a las
gentes, se compadecía de ellas
Textos para este día:
Isaías 30,19-21.23-26:
Así dice el Señor, el Santo de Israel: "Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no
tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido: apenas te oiga, te
responderá. Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se
esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la
izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: "Éste es el camino, camina por
él."
Te dará lluvia para la semilla que siembras en el campo, y el grano de la cosecha
del campo será rico y sustancioso; aquel día, tus ganados pastarán en anchas
praderas; los bueyes y asnos que trabajan en el campo comerán forraje
fermentado, aventado con bieldo y horquilla. En todo monte elevado, en toda colina
alta, habrá ríos y cauces de agua el día de la gran matanza, cuando caigan las
torres.
La luz de la Cándida será como la luz del Ardiente, y la luz del Ardiente será siete
veces mayor, cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de su
golpe."
Mateo 9,35-10,1.6-8:
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus
sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y
todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban
extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus
discípulos: "La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al
Señor de la mies que mande trabajadores a su mies." Y llamando a sus doce
discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda
enfermedad y dolencia.
A estos doce los envió con estas instrucciones: "Id a las ovejas descarriadas de
Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos,
resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis,
dadlo gratis."
Homilía
Temas de las lecturas: Se apiadará a la voz de tu gemido * Al ver a las gentes,
se compadecía de ellas
1. Dios ya no se esconde
1.1 Si hay una noticia consoladora es aquella que hoy nos regala el profeta: Dios ya
no se esconde. Se deja sentir y atiende las súplicas. Dulce noticia, porque si hay
algo torturante es el silencio de Dios. La luz crece de tal modo que la luna se
equipara al sol mientras el sol adquiere el brillo perfecto.
1.2 Mas esa cercanía de Dios va en las dos direcciones. El mismo Dios que acoge
las súplicas deja escuchar su voz y muestra el camino correcto. Esto debe ser
destacado, porque a veces nos gusta que el Señor se haga presente para atender
nuestra voz pero luego no nos interesa que esté cerca para que atendamos su voz.
1.3 Hay una señal, un punto que marca el comienzo de esa cercanía; algo que no
quisiéramos oír. Se trata del día de la gran matanza. No debiera ser así. El ser
humano debería aprender a obedecer sin que tantos tuvieran que morir. La
humanidad debería sentirse acompañada sin necesidad de saberse sobreviviente.
Mas la obstinación humana ha conducido a eso: pareciera que necesitamos del
horror de la muerte para reconocer el pecado, y necesitamos del vértigo de la
supervivencia para aprender a agradecer.
2. Tiempo de cosecha
2.1 El evangelio de hoy habla también de un tiempo final. Es la imagen clásica de la
cosecha: el tiempo de la verdad. Sólo en la cosecha se sabe qué había en esas
semillas. Y Cristo anhela un mayor número de trabajadores para la cosecha.
Trabajaores que hagan aparecer el tiempo de la verdad.
2.2 El texto del evangelio, en efecto, suele ser interpretado como una invitación a
trabajar, y ello no es del todo cierto. No es exactamente una invitación a trabajar
sino una invitación a cosechar. La historia ha madurado y falta gente que saque la
verdad que está oculta pero ya cercana en todo ese tiempo de larga maduración.
2.3 Un evangelizador, pues, no es simplemente un trabajador, ni siquiera un "buen"
trabajador. Es alguien que porta la luz suficiente para descubrir y hacer presente la
llegada del Reino. Mira con una hondura impresionante qué está maduro y lo
recoge para los graneros de su Señor. En este sentido un evangelizador no
malgasta energías tratando de convencer a base de palabras y contiendas; más
bien, huyendo "de las discusiones estériles" (cf. 1 Tim 6,3-5), busca lo que está
maduro para Dios. En el caso del evangelio, las ovejas de la casa de Israel; en
otros casos, según va mostrando el Espíritu Santo, de acuerdo con lo que leemos
en los Hechos de los Apóstoles.