“Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”
Mc 1, 1-8
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. LAS PALABRAS DE DIOS, QUE NOS MUESTRAS UN DIOS AMOROSO.
El relato evangélico, como las lecturas del segundo domingo de Adviento, nos invitan a
“preparar el camino” para el que el Seor pueda llegar a nuestro corazn, a nuestras
familias, los ambientes sociales donde nos movemos. Y la preparación tiene un nombre:
¡Convertirse! ¿Y de que se trata esto?, purificar el corazón, arrepentirse de los pecados y
mejorar nuestra vida con la gracia de Dios.
Leemos el anuncio gozoso del profeta Isaías: “el Seor ha perdonado a su pueblo. (Is 40,
1-5. 9-11)”, y luego las Palabras de Dios, que nos muestras un Dios amoroso, con
mensajes llenos de humanidad y ternura, colmados de emoción y de compasión total:
“Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios! Hablen al corazn de Jerusalén y
anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está pagada, que ha
recibido de la mano del Seor doble castigo por todos sus pecados”. Y entonces se
levanta un grito poderoso llamando a todos los hombres a preparar los caminos del Señor
que debe venir, y es así como el profeta nos dice: “Preparen en el desierto el camino del
Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles
y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras
los terrenos escarpados, en planicies!”
Este es el llamado de Isaías a su pueblo a trazar en la llanura un sendero para Dios. Se
puede comprender que el fin contiguo de esta profecía era el regreso de Israel del
destierro, que se había de cumplir bajo la guía de Dios, presentado y esperado como
salvador de su pueblo y para el cual había que preparar el camino a través del desierto.
Sin embargo, como fin último la profecía nos quiere llevar a la venida del Mesías, que
quien va a liberar a Israel y por sobre todo, a la humanidad entera de la esclavitud del
pecado.
2. “YA LLEGA EL SEÑOR CON PODER Y SU BRAZO”
Pero la alegría mayor es saber que Dios mismo es quien prepara el encuentro con su
pueblo, animándolo en la esperanza en vista al tiempo que viene. “Ya llega el Seor con
poder y su brazo”
El será el pastor. “Como un pastor, él apacienta su rebao, lo reúne con su brazo; lleva
sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.” Se refleja en
la lectura, la hermosa figura de Jesús buen pastor que amará a sus ovejas hasta dar la
vida por ellas.
Y haciéndose eco de esta buena noticia, el salmo 84 nos describe los frutos de la
salvacin y participamos de esta compasiva noticia, diciendo con gozo “Muéstranos, Seor
tu misericordia”, y “voy a proclamar lo que dice el Seor. El Señor promete la paz, la paz
para su pueblo y sus amigos. Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria
habitará en nuestra tierra”
3. TENER UNA CONDUCTA SANTA Y PIADOSA
San Pedro nos exhorta a tener una conducta santa y piadosa para esperar la venida del
Señor. (2Ped 3, 8-14). La espera de la parusía hacía impacientes a los primeros cristianos,
mientras otros, viendo su tardanza, se burlaban de ella y se daban a una vida fácil y
desenvuelta. Por lo cual San Pedro recuerda a todos que Dios no mide el tiempo como los
hombres: “Queridos hermanos, no deben ignorar que, delante del Seor, un día es como
mil aos y mil aos como un día.”
Pero, la espera del cumplimiento de las promesas de Dios no debe llevar a la pasividad
sino vivir y trabajar para que el mundo camine por sendas de paz y reconciliación. Y si la
última venida de Cristo se retrasa, no es porque Dios no haga realizable a su promesa, a
Dios hay que tenerle paciencia, y El pacientemente nos da esta prorroga, es así como san
Pedro nos lo dice: “El Seor no tarda en cumplir lo que ha prometido, como algunos se
imaginan, sino que tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino
que todos se conviertan”
La misericordia divina es la que prolonga los tiempos, y cada uno debe aprovecharse de
ello para la propia conversión y la cooperación a la de los demás. En vez de dejarse
absorber por los acontecimientos terrenos, el creyente debe vivirlas con el corazón
enderezado y por ello estar preparados, porque como nos dice el apóstol: “el Día del Seor
llegará como un ladrn”. Por eso procuraremos no desoír y estar atento al mensaje de
Pedro cuando nos dice: “queridos hermanos, mientras esperan esto, procuren vivir de tal
manera que él los encuentre en paz, sin mancha ni reproche.”. Es decir, para aquel día y
antes del fin de nuestra vida personal, con la certeza y la confianza absoluta que la vida
terrena cederá el lugar a la vida eterna, para encontrarse personalmente con Cristo
Salvador a cuantos creen en él.
4. “MIRA, YO ENVÍO A MI MENSAJERO DELANTE DE TI PARA
PREPARARTE EL CAMINO.
Para Marcos la Buena Noticia de Jesús, que es Cristo el Mesías, Hijo de Dios, (versículo
1), no comienza repentinamente con la venida de Jesús, sino con un tiempo de
preparación. En este tiempo de preparacin, “Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti
para prepararte el camino”, se acentúan por lo menos tres elementos, el primero de los
cuales es la Sagrada Escritura, ya que la Buena Noticia de Jesús les dará una realización
concreta y el evangelio solo se podrá comprender auténticamente meditando
incesantemente las páginas de las que Dios ya había hablado. Las palabras que relata
Marcos citando a Isaías, aluden a un camino que hay que preparar: el camino de Dios
hacia su pueblo y el camino del pueblo hacia Dios.
El segundo elemento, es el envío de un profeta, el Bautista, capaz de indicar a la
humanidad el camino del desierto, el lugar donde Dios ofrece la posibilidad de una
auténtica conversin: “así se present Juan el Bautista en el desierto, proclamando un
bautismo de conversin para el perdn de los pecados”. Según Marcos, el Bautista no
insiste tanto en la predicación moral como, sobre todo, en la necesidad de esperar a quien
que debe venir de parte de Dios.
El tercer elemento es el mismo pueblo que, por la predicación de Juan, camina penitente
hacia el desierto, como el pueblo del éxodo: “Toda la gente de Judea y todos los
habitantes de Jerusalén acudían a él”. Por consiguiente, está naciendo un pueblo nuevo,
aunque se requiere una condición: que el hombre se ponga en camino, salga y se dirija al
Bautista para acoger su mensaje de conversión. Y caminando juntos hacia el lugar donde
resuena la Palabra de Dios es como el pueblo podrá reconstruirse.
5. PREPAREN EL CAMINO DEL SEÑOR, ALLANEN SUS SENDEROS
Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la
salvación de Dios. Aleluya. (Lc 3,4.6)
Y el grito de Isaías es repetido y transmitido en el Evangelio de Marcos, a través de Juan
Bautista, “el mensajero de Dios, pide conversin para que sean perdonados los pecados”.
El hombre pecador es mirado por Dios con misericordia infinita, por eso le llama a la
conversión. Y si nos hemos convertido, demos frutos, obras, de conversión.
El es la voz de quien grita en el desierto: “Preparen el camino del Seor, allanen sus
senderos”. En este relato el “camino” tiene un sentido de éxodo-liberacin y el “desierto”
de conciencia y preparación.
Así presenta el evangelista Marcos al precursor que bautiza, donde “Toda la gente de
Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas
del Jordán, confesando sus pecados”. Juan Bautista, invita a los hombres a preparar el
camino del Señor, pero sólo después de haberla preparado él en sí mismo retirándose al
desierto y viviendo separado de todo lo que no era Dios.
Recordemos también que Juan Bautista (Mateo 3,1) se presentó en el desierto predicando:
“Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos”. Es decir, era un llamado a cambiar
de vida, porque ya estaba muy cerca Jesús, y hoy es para nosotros la misma necesidad,
transformar nuestras vidas, volvernos a Dios, porque El se ha vuelto a los hombres. Y nos
pide también hoy “Preparen el camino del Seor, allanen sus senderos”, Cmo?
Podríamos decir de muchas formas, y una de ellas es que nos pongamos de acuerdo entre
nosotros, acojamos con paciencia y alegría, a nuestros hermanos, del mismo modo como
Cristo nos ha acogido.
6. ALLÍ EN EL DESIERTO, ES EL LUGAR DONDE CON MÁS FACILIDAD
NOS ENCONTRAMOS CON DIOS
“Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturn de cuero, y se alimentaba con
langostas y miel silvestre.” De este modo, el vivi alejado del murmullo y de los ruidos que
no dejan preparase a los hombres para tener un ambiente favorable para oír la llamada de
Dios, para escuchar la llamada a la penitencia. Porque quien predica, debe hacerlo más
con la vida, es decir con su testimonio personal más que con las palabras. Y para oír a
quien nos interesa, debemos hacerlo en un clima de silencio, para oír a Dios, debemos
callarnos y hacer oración.
Talvez por eso Juan fue a desierto y muchos van hoy al desierto, ¿y para que?, porque no
cabe la menor duda que allí es el lugar donde con más facilidad nos encontramos con
Dios, allí donde se escucha el silencio, y en el silencio se escucha mejor a Dios. Y en este
tiempo es propicio vivir un pequeño desierto, donde no haya voces perturbadoras, para
que podamos oír con la voz que nos habla dentro, oír lo que hay en nuestra conciencia
que, rectamente formada, es la voz de Dios. Esta voz interior, no dirá de mejor forma lo
que debemos cambiar, para estar mejor preparados para nuestra conversión.
7. HUMILDAD DEL BAUTISTA ANTE LO QUE ERA CRISTO
La figura del Bautista causó una fortísima conmoción en Israel. Hasta Joséfo, historiador
Judío, se hace eco de ella, diciendo que Antipas “temi la grande autoridad de aquel
hombre.” Hubo un momento en que las gentes pensaron, ante aquella figura ascética y
profética que anunciaba la llegada inminente del Reino, si él mismo no sería el Mesías. El
mismo Sanedrín de Jerusalén le envió una representación para que dijese si era él el
Mesías (Jn 1:19-28).
Y éste es el momento, tanto en los evangelios sinópticos como en Juan, en que el Bautista
declara que él sólo es un “esclavo,” pues él no es digno de ejercer con El oficio de los
esclavos: “descalzarle.” El evangelio de Lucas, que es quien mejor da la razn de la
confesión de humildad del Bautista ante lo que era Cristo, (Lc 3, 15), y en este relato se
reitera al modo del evangelista Marcos, el que nos expresa que Juan Bautista predicaba,
diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno
de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a
ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.
8. EL BAUTISMO DE JESÚS, UN GRAN MISTERIO
Es bautismo, como rito de penitencia para el perdón de los pecados causó polémica entre
los primeros cristianos, ellos pensaban que Jesús no tenía necesidad de semejante
bautismo. Por otra parte este hecho preocupaba que pareciera que Juan Bautista fuese
superior a Jesús. Sin embargo, el plan de Dios preveía también esto, y Jesús, Hijo
obediente, se somete dócilmente a la voluntad del Padre, haciéndose solidario con los
hombres y cargando con sus pecados
El bautismo de Jesús por Juan, es un hecho que tiene un gran misterio, los evangelistas
Marcos, Mateo y Lucas se refieren a este hecho, pero con diferentes matices, no obstante
dicen lo mismo, confesar y obtener perdn por los pecados. “Acudía a él gente de toda la
región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán,
confesando sus pecados”. (Mc 1,5), Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la
región del Jordán, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. (Mt
3,5), Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para
perdón de los pecados, (Lc 3,3)
9. ORACION
Señor, Dios todopoderoso, que nos mandas abrir camino a Cristo, el Señor, no permitas
que desfallezcamos en nuestra debilidad los que esperamos la llegada saludable del que
viene a sanarnos de todos nuestros males.
Señor, que tu pueblo permanezca en vela aguardando la venida de tu Hijo, para que
siguiendo sus enseñanzas salgamos a su encuentro, cuando él llegue, con la lámpara
encendida. (DE MISAL ROMANO)
El Señor les Bendiga