La plataforma de vida de Cristo
Domingo 3º Adviento 011 B
Este domingo tiene una riqueza encantadora. Está Juan Bautista, invitando a dejar
a un lado las tinieblas para ser testigos de la luz. Luego San Pablo nos invita a la
alegría profunda de la acogida al Salvador, y luego el mensaje de Cristo en Nazaret,
que calcó de Isaías, el Gran Isaías. Me decido por este mensaje de Cristo que es
emocionando desde cualquier punto de vista “El espíritu del Seor está sobre mí…”,
comienza diciendo Jesús sencillamente. No viene solo, es el Padre el que lo ha
enviado, pero viene acompañado de su Espíritu, el Espíritu que los hombres
necesitan, ahora que encienden tantas luces en sus ventanas, pero que
permanecen a oscuras en sus corazones, que saben encender tantos calores en sus
cuerpos, pero que viven fríos en el corazón, y viene a dar su Espíritu para que
quienes han hecho de sus vidas un mundo de mentira, de engaños, de falsedad y
de miseria, una vida nueva de acogida, de paz y de sosiego.
“El Seor me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los
pobres”. Cristo está ungido, está investido, está hecho de pies a cabeza para dar la
buena nueva a los pobres. Ellos fueron los meros meros en su corazón. y si
nosotros queremos acogernos a Cristo, el Mesías, el Resucitado, nunca podremos
pasar indiferentes, fríos y mucho menos despóticos, agresivos o injustos con los
más pobres que seguirán siendo los predilectos en el Reino de Cristo y ojalá lo
sean también en el cuidado y en la atención de nuestra Santa Madre Iglesia que
todos nosotros formamos.
“He venido a curar a los de corazn quebrantado”. El quebranto lo hacemos los
hombres, con nuestra maldad, nuestra indiferencia y nuestra injusticia, pero la
curación, el bálsamo, el levantamiento es del Señor. ¿Por qué seguir haciendo más
quebrantos, si podemos vivir en la justicia, proporcionando condiciones de vida
digna para todos los hombres? ¿Por qué seguir engañándonos con tantos regalos
cubiertos de papel pero no ponemos el corazón en cada una de las relaciones con
los demás para hacer un mundo más digno donde los quebrantos sean cosa del
pasado?
“He venido proclamar el perdn a los cautivos y la libertad a los prisioneros”.
¿Seguidores de Jesús o negreros que oprimen y aprisionan con su dinero, sus
hostigamientos o sus injusticias? ¿Discípulos del amor redentor que viene a salvar o
nuevos sátrapas que oprimen y sojuzgan a los demás? Es el momento de tu
liberación, de tu pecado y de levantar las cadenas a tu mujer, y quitar los grilletes
de tu marido, de acoger con una nueva visión a los hijos, a sostener la lucha que
están librando tus propios padres y es el momento de levantar la injusticia y la
opresión de tus empleados.
Finalmente Cristo anuncia: “He venido a pregonar el ao de gracia del Seor”. Esto
es lo que quizá no llegó a contemplar ni a decir el Bautista, porque su perspectiva
era otra. Él amenazaba, gritaba, daba coces a diestra y siniestra. Era su papel,
tenía que abrir boca y dejar a la vista de todos la figura luminosa de Cristo Jesús.
Ahora ya tenemos a Cristo con nosotros, estamos entre su establo y su cruz, y en
este instante de su presencia sólo nos ofrece gracia, perdón, acogida, acomodo,
bendición, reconciliación. ¡Qué más nos hace falta para comenzar a vivir el nuevo
año de gracia y de perdón! ¿Qué otra Navidad esperamos que la de Cristo Jesús
presente hoy en su Iglesia y en su Eucaristía como pan caliente para nuestras
bocas y para nuestros corazones ?
El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera sus comentarios en
alberami@prodigy.net.mx