Lunes 12 de Diciembre de 2011
Lunes 3ª semana de Adviento
Números 24,2-7.15-17a
En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por
tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: "Oráculo de Balaán,
hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha
palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos
abiertos: ¡Qué bellas las tiendas de Jacob y las moradas de Israel! Como vegas
dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto
a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente.
Su rey es más alto que Agag, y su reino descuella."
Y entonó sus versos: "Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre
de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del
Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: Lo
veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza la constelación
de Jacob, y sube el cetro de Israel."
Salmo responsorial: 24
R/Señor, instrúyeme en tus sendas.
Señor, enséñame tus caminos, / instrúyeme en tus sendas: / haz que camine
con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
Recuerda, Señor, que tu ternura / y tu misericordia son eternas; / acuérdate
de mi con misericordia, / por tu bondad, Señor. R.
El Señor es bueno y es recto, / y enseña el camino a los pecadores; / hace
caminar a los humildes con rectitud, / enseña su camino a los humildes. R.
Mateo 21,23-27
En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron
los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: "¿Con qué
autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?" Jesús les replicó:
"Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también
con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venia, del cielo o de
los hombres?" Ellos se pusieron a deliberar: "Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por
qué no le habéis creído?" Si le decimos "de los hombres", tememos a la gente;
porque todos tienen a Juan por profeta." Y respondieron a Jesús: "No sabemos." Él,
por su parte, les dijo: "Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto."
COMENTARIOS
Es el partido saduceo el que se acerca a Jesús apenas entra en el templo: la
aristocracia sacerdotal y la seglar; son ellos, los socialmente más privilegiados, los
primeros en temer la popularidad de Jesús. Los sumos sacerdotes, autoridades
religiosas legítimas, aparecen en primer lugar. Quieren saber dos cosas: qué clase
de autoridad se arroga Jesús para hacer lo que hace y el origen de esa autoridad.
En realidad, la segunda pregunta explica la primera. Ellos, que detentan el poder
oficial, exigen una prueba jurídica. Han olvidado el caso de los profetas, que tenían
autoridad directamente de Dios.
La pregunta que les propone Jesús apunta directamente a la cuestión de la
autoridad. Juan había ejercido su actividad sin credenciales jurídicas, y no sólo al
margen de la institución, sino denunciándola (3,7ss). Ellos no respondieron a la
predicación de Juan, pero ahora les pide que se pronuncien: ¿tenía o no Juan
autoridad divina para hacer lo que hacía?; es decir, ¿puede haber una misión divina
que prescinda de lo jurídico?
Se encuentran en un callejón sin salida. Saben que no gozan de la simpatía
de la gente y que pronunciarse contra Juan puede acarrearles graves
consecuencias. Su respuesta delata su mala fe.
Juan Alarcón, s.j.
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(Extracto de Fundación ÉPSILON)