INMACULADA CONCEPCIÓN 8 DE DICIEMBRE DE 2011
Génesis 3,9-15.20
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: "¿Dónde
estás?" Él contestó: "Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba
desnudo, y me escondí." El Señor le replicó: "¿Quién te informó de que estabas
desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?" Adán respondió:
"La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí." El Señor
dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Ella respondió: "La serpiente me
engañó, y comí." El Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho eso, serás
maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el
vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer,
entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el
talón." El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Salmo responsorial: 97
R/ Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.
Cantad al Señor un cántico nuevo, / porque ha hecho maravillas: / su
diestra le ha dado la victoria, / su santo brazo. R. El Señor da a conocer su
victoria, / revela a las naciones su justicia: / se acordó de su misericordia y su
fidelidad / en favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han
contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Aclama al Señor, tierra entera; / gritad,
vitoread, tocad. R.
Efesios 1,3-6.11-12
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y
celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que
fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la
persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su
gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en
alabanza suya. Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto
estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así,
nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.
Lucas 1,26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de
la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia,
dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas
palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: "No temas, María,
porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un
hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no
conozco a varón?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la
fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se
llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha
concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para
Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase
en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel.
COMENTARIOS
GÉNESIS. “Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho
maravillas”. Con estas palabras del salmo 97 aclamamos a Dios en unión
al antiguo pueblo de Israel que supo reconocer en su historia la intervención
salvífica del Todopoderoso. Para los cristianos, la mayor obra salvadora de Dios es
la encarnación de su Hijo. En este contexto celebramos la fiesta de la Inmaculada.
María es la madre de la nueva humanidad, que, renacida y recreada por
la obra salvadora de Jesucristo, ha sido alcanzada por el plan salvífico de Dios en
vistas a su plenitud.
Parece como si la obra creadora de Dios quedara frustrada por un acto
de desobediencia. Pero la última palabra sobre la creación no la tiene este mal que
ha conducido a Eva y a Adán a semejante estado. La descendencia humana
terminará triunfando sobre el mal. El texto bíblico expresa la fe en
una superación de este acto: llegará el día en que el mal será derrotado. La
semilla de esperanza permanece a la espera de su momento en la tierra fecunda
del linaje de la mujer.
La tradición cristiana reconoció en Cristo el cumplimiento de esta
esperanza. María es la alumbradora de la nueva humanidad regenerada en Cristo,
obediente a Dios a ejemplo de su Salvador.
EVANGELIO. El texto proclama el origen humano de Jesús por obra del
Espíritu. Lucas, de forma narrativa, relata el núcleo de la fe cristiana: El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso
el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios . Es la fe de la Iglesia: Reconocer y
experimentar que el Creador es Padre y nos ha dado a su Hijo, que ha compartido
nuestra naturaleza humana con todas las consecuencias. Su proyecto de vida es
voluntad de Dios, su reino es reino de Dios.
Su vida se inicia como la nuestra: en las entrañas de una mujer. El
saludo del ángel tiene dos partes: a) Alégrate porque has sido llenada de gracia; b)
El Señor tiene un encargo importante para ti: “ Concebirás en tu vientre... ”.
Se inicia la nueva creación, y el Espíritu se hace presente como fuerza
creativa. El Espíritu, que procede del Padre y el Hijo, es el protagonista: nos ha
hecho factible la humanidad de Jesús, el Hijo encarnado. Es el gran regalo de la
santísima Trinidad al mundo: tanto amó Dios al mundo... . Es la manifestación de
la gracia salvadora de Dios a todos los hombres (Tit 2,11).
Juan Alarcón s.j.
(Extracto de SAL TERRAE: HOMILÉTICA)