¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?
Mt 17, 10-13
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
LA PALABRA DE DIOS SALDRÁ VICTORIOSA.
La figura del Bautista predomina en las lecturas litúrgicas de estos días de adviento. Más que
ponerme a considerar cuestiones históricas del personaje, hoy me siento llamado a meditar en
el significado de su persona para mi vida, su parangón con el profeta Elías manifestado en el
texto evangélico. La misión del Bautista trata, en analogía con la de Elías, dos puntos capitales
también para mi vida: mi relación con Dios (que me pide volver a él) y el sanar mis relaciones
con el prójimo.
Debo dejarme interpelar por el Bautista, cuya voz proclamaba con valentía, como el profeta
Elías, el derecho de Dios sobre nuestra humanidad: darle a él sólo culto y buscar una adhesión
integral de vida a la alianza con el Señor. En este sentido Juan es, como Elías, fuego
irresistible, profeta cuya palabra ilumina mi camino y el de mi comunidad y se alza como juicio
severo contra el pecado, contra cualquier infidelidad a la alianza.
Además, el hecho de que Elías y Juan fuesen perseguidos por los poderosos y no
comprendidos por sus contemporáneos me plantea el serio riesgo que corro yo también de
poner obstáculos al camino de la Palabra divina, a veces incómoda y desestabilizadora, pero
me recuerda además que, a pesar de todas nuestras oposiciones humanas, la Palabra de Dios
saldrá victoriosa.
ORACION
“¡Dichosos los que te vieron, Elías, y murieron fieles al amor! También nosotros
ciertamente viviremos”. Señor, te damos gracias por la esperanza que ilumina nuestras
vidas y que da sentido a nuestras fatigas y esfuerzos por amar. Saber que vienes a
encarnarte en nuestra frágil humanidad para posibilitamos una vida llena y eterna
contigo nos colma de aliento y gratitud. Señor, te damos gracias porque eres el Dios que
vienes a nuestro auxilio para traernos salvación y felicidad.
Señor, te damos gracias porque no has permitido que faltasen en nuestras vidas
personas que, como Elías y el Bautista, han preparado de mil maneras nuestro
encuentro contigo.
Te damos gracias por su constancia en los esfuerzos a pesar de las desilusiones, y te
pedimos perdón si hemos sido sordos a tus llamadas, que nos diriges por me dio de las
palabras y vida de estos hermanos y hermanas.
Señor, te damos gracias por estos testimonios que nos han hablado de ti y que con el
fuego de su amor han iluminado nuestro camino. Que tu Espíritu nos inflame, para que
también nosotros podamos ser fuego tuyo en el mundo