Comentario al evangelio del Sábado 17 de Diciembre del 2011
Queridos amigos, paz y bien.
Termina la tercera semana de Adviento. Ya queda menos. A partir de mañana empezamos el tramo
final de nuestro camino de Adviento.
Para mirar al futuro, es bueno conocer el pasado. Y, mirando el pasado de Jesús, vemos que no todos
están limpios de pecado. Es que Dios saca petróleo de donde le parece bien, y donde solo hay, en
apariencia, miseria humana, aparece la Luz, la Salvación. Sucede lo mismo con nosotros, con cada una
de nuestras personas, en las que Dios ve lo bueno. Él saca de nosotros lo mejor, si lo aceptamos en
nuestro corazón.
En este texto, se confirma que Jesús desciende de Abrahán, y de David. Se cumple la promesa
anunciada hace muchos siglos, las esperanzas del pueblo de Israel. Y en esa
Historia de Salvación, todos tienen sitio. Por encima de las apariencias, de los prejuicios, de las razas y
colores, la edad o la educación. ¿Cómo anda nuestro nivel de aceptación?
Quizá hoy sea un día adecuado para recordar a esas personas que, en nuestra vida, han jugado un papel
importante en el desarrollo y crecimiento de la fe. Nuestros padres, catequistas, profesores, amigos… A
nuestro alrededor hay mucha gente que ha ido acompañando nuestro camino. Orar por los que ya no
están, para que hayan recibido su premio, y también por los que están con nosotros todavía, para que
sigan siendo testimonio para otros, como lo fueron para nosotros.
Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.
Alejandro Carbajo, cmf