"He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra"
Pedro Sergio Donoso Brant ocds
Lc 1, 26-38
Lectio Divina
DIOS TRASCENDENTE Y MISERICORDIOSO PARA INSERTARSE EN LA HISTORIA DE
LOS HUMANOS Y SALVARLOS
El anuncio del oráculo de Isaías está vinculado al texto evangélico de Lucas por la
interpretación profética que la Iglesia le ha dado refiriéndolo al nacimiento del Hijo de Dios,
Salvador de todos los hombres. Su venida ha cambiado la historia profana en historia de
salvación, y la vida de cada ser humano está destinada a la comunión con Dios, por la obra
mediadora de Jesús de Nazaret. Dios se revela y manifiesta no tanto en la contemplación
de la creación, en la investigación filosófica o en la experiencia religiosa universal, sino en la
historia de Jesús, hijo de María, de un hombre que se proclama "Hijo", enviado por el Padre
en total dependencia amorosa de él y que la Virgen Madre ha acogido y dado al mundo.
En esta historia es donde irrumpe Dios trascendente y misericordioso para insertarse en la
historia de los humanos y salvarlos, elevándolos al nivel superior del Espíritu, en la fe y el
amor. Nosotros creyentes, convertidos en amigos de Jesús, somos introducidos a la
comunión con Dios Padre, a través de la profundización de la vida de fe y amor vivida en
fidelidad al evangelio. Esta vida de unión con el Señor se logra con la interiorización de la
Palabra de Dios, como hizo la virgen María.
La vida contemporánea, desgraciadamente, atenta flagrantemente contra la vida interior.
Todo invita a la dispersión. Si no logramos recoger nuestras almas, reflejar a Cristo a fondo,
no tendremos la más mínima posibilidad de alcanzar la verdad y la fe. En este camino
tenemos a María como guía y ejemplo.
ORACION
Oh Padre misericordioso y amante con las situaciones humanas, tú que has enviado al
mundo a tu Hijo, hecho hombre por medio de la Virgen , como signo de tu ternura paternal,
haz que también en nuestros días experimentemos la venida del Salvador, para que, una
vez más, cambie nuestras vidas y le reconozcamos presente en todos nuestros
acontecimientos cotidianos. Siguiendo el modelo de María, madre de Jesús y madre
nuestra, que se ha adherido generosamente a tu voluntad con su «aquí estoy» y ha abierto
nuevamente a la humanidad el camino de una vida de comunión contigo, queremos que
aumentes en nosotros el deseo de buscarte cada día por la escucha de la Palabra y la
oración silenciosa, para que nuestra vida se vaya conformando a tu Palabra y dé frutos de
gozo, paz, bondad, para cuantos nos rodean.
Haz que la comunidad cristiana, tentada con tanta frecuencia de racionalismo, de vida
materialista y cómoda, comprenda cada vez más que evangelizar al hombre de hoy es ante
todo estar en la presencia de Dios y dar espacio, siguiendo el ejemplo de María de Nazaret,
a la importancia de la Palabra de Dios y a la vida contemplativa, para que surjan guías
espirituales y testimonios de la verdadera libertad del evangelio. Todo esto es importante
para comprender mejor que la Iglesia no es sólo una organización social, sino el signo
auténtico de la encarnación de tu Hijo con los hombres.