Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Adviento
Día 22 de Diciembre
--------------------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Ana da gracias por el nacimiento de Samuel * El
Poderoso ha hecho obras grandes por mí
Textos para este día:
1 Samuel 1,24-28:
En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del
Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de
vino. El niño era aún muy pequeño. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el
niño a Elí, diciendo: "Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti,
rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi
petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo." Después se
postraron ante el Señor.
Lucas 1,46-56:
En aquel tiempo, María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios
de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su
siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre." María se quedó con Isabel
unos tres meses y después volvió a su casa.
Homilía
Temas de las lecturas: Ana da gracias por el nacimiento de Samuel * El Poderoso
ha hecho obras grandes por mí
1. Consagrado desde niño
1.1 A nuestra mentalidad puede parecerle extraño que una madre done a su hijo,
apenas terminada su lactancia. Mucho más si se trata de un hijo tan anhelado. Aún
más si se trata de entregar ese hijo a Dios. Para nuestra sociedad occidental la
religión es un asunto personal, y por ello decidir la vida de una persona de cara a
Dios se ve casi como una ofensa a la libertad del individuo. Por todo ello, la primera
lectura de hoy nos obliga a preguntarnos sobre nuestras propias opciones y nuestro
modo de entender la libertad.
1.2 Procedamos por orden. Ana había pedido un niño a Dios, porque era estéril. No
quiere, sin embargo, ser dueña de una vida sino testigo de una victoria. Y eso es lo
que le da Dios y lo que ella canta, según hemos escuchado hoy: una victoria. La
historia de Ana ha quedado señalada por el poder del Dios vivo y no por las fuerzas
de la muerte o de la nada. El niño no es objeto de posesión sino señal de bendición.
Una lección para nosotros: pedir a Dios algo no puede ser excluir a Dios de su pleno
señorío sobre todo y sobre todos.
1.3 Está el tema de un niño consagrado a Dios. Para ser honestos, hemos de
preguntarnos, cuando se trata de niños, qué opciones tomamos o toman sus
padres. Es una ilusión pensar que la libertad consiste en no proponer o no decidir
nada. El papá que nunca lleva a su hijo a una clase de religión ha tomado una
opción por él: ha decidido mostrarle el mundo como un tejido de elementos,
relaciones e intereses en los que Dios no importa. O como otros han dicho: no
decidir es una decisión y no escoger es un modo, a veces pésimo, de elección.
1.4 Así que seamos críticos con nuestro mundo y nuestra cultura: ¿a qué están
"consagrados" nuestros niños y jóvenes? ¿Hacia dónde se dirigen, casi
inevitablemente, sus pasos cuando llegan a la adolescencia o a la educación
superior? ¿Es acaso un azar, una gigantesca casualidad, que las estadísticas de
droga, fornicación o aborto se disparen al llegar a ciertas edades, hasta el punto
que podemos prácticamente predecir cuántos muchachos o cuántas niñas pasarán
por esas espantosas realidades que seguramente los van a marcar de por vida? ¿No
es esa una "consagración", lamentablemente no al Dios vivo, sino a los ídolos
muertos?
2. Cantos de victoria
2.1 Ana canta con júbilo irreprimible que Dios ha vencido; María proclama con
entusiasmo contagioso que Dios es grande y misericordioso. Creemos en un Dios
que salva, un Dios que no es espectador lejano ni gerente ocupado de un universo
ancho y ajeno.
2.2 Vivir significa escoger, y la escogencia fundamental es: ¿quiero, sí o no, ser el
centro de mi propia vida? Si digo que sí, convierto mentalmente a los demás en mis
siervos y los considero de entrada como gente que me debe pleitesía o servicios.
Serán instrumentos de mi poder, no hermanos de mi caminar. Mi elección egoísta
sólo puede ser destruida por un acto que restituya a mi hermano en su calidad de
hijo amado del único Dios y Señor de todos.
2.3 Y porque tales son las consecuencias y el modo de nuestras acciones hay que
decir que la justicia de Dios no es la de un observador neutral. La palabra "neutro"
significa originalmente: "ni uno ni otro"; y no es así la mirada de Dios ni es así su
actuar. Dios no es "ni de uno ni de otro" sino "de ambos, de todos". La justicia de
Dios equivale a la realización de su señorío y a la llegada de su reinado. Frente a Él
caen los imperios de nuestras pretensiones y mentiras, representadas en el cántico
de María por aquellos que se tienen por ricos, soberbios y poderosos. Sólo su
grandeza, sólo su belleza, sólo su sabiduría quedan en pie cuando aparece.