Cada creatura es signo del amor de Dios
2011-12-28
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en
sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su Madre, y huye a Egipto.
Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a buscar al niño para
matarlo».
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su Madre y partió para Egipto,
donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor
por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso
furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de
dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.
Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un
grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por su hijos y no quiere que
la consuelen, porque ya están muertos. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Dios mío, creo en Ti, confío en tu bondad y en tu misericordia. Guía este rato de
meditación porque sabes que soy débil y fácilmente me hago sordo a tu voz.
Petición
Señor, soy tuyo, a Ti me entrego con todo lo que soy y lo que tengo.
Meditación
Cada creatura es signo del amor de Dios
«El nacimiento de cada niño lleva consigo algo de este misterio! Lo saben bien los
padres, que lo reciben como un don y que, a menudo, hablan así de él. A todos nos
ha pasado oír decir a un papá y a una mamá: “¡Este nio es un regalo, un
milagro!". En efecto, los seres humanos viven la procreación no como un mero acto
reproductivo, sino que perciben su riqueza, intuyen que cada criatura humana que
se asoma a la tierra es el “signo” por excelencia del Creador y Padre que está en los
cielos. ¡Qué importante es, entonces, que cada niño, al venir al mundo, sea acogido
por el calor de una familia! No importan las comodidades exteriores: Jesús nació en
un establo y como primera cuna tuvo un pesebre, pero el amor de María y de José
le hizo sentir la ternura y la belleza de ser amado. De esto necesitan los niños: del
amor del padre y de la madre. Esto es lo que les da seguridad y lo que, al crecer,
permite el descubrimiento del sentido de la vida. La santa Familia de Nazaret
atravesó muchas pruebas, como esa – recordada en el Evangelio según san Mateo
– de la “matanza de los inocentes”, que oblig a José y María a emigrar a Egipto.
Pero, confiando en la divina Providencia, encontraron su estabilidad y aseguraron a
Jesús una infancia serena y una educación sólida» (Benedicto XVI, 1 de enero de
2011).
Reflexión apostólica
«En la regulación de la sexualidad y de la facultad procreadora, cada cristiano ha de
actuar con una conciencia rectamente formada, de acuerdo con la ley de Dios –
proclamada e interpretada por el Magisterio autorizado de la Iglesia–, y adquirir la
formación y la convicción necesarias para explicar la doctrina católica y defenderla
frente a los errores que con frecuencia se difunden» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 191).
Propósito
Apoyar directamente o con mi oración, las asociaciones que luchan a favor de la
defensa de la vida.
Diálogo con Cristo
Jesús mío, a muchos escandaliza la reacción de Herodes al matar a tantos
inocentes. Tristemente hoy, en nuestra sociedad marcada por la cultura de la
muerte, ocurre lo mismo. Pocos reaccionan ante la muerte injusta de millones de
niños en el vientre de su propia madre. Ayúdame a defender siempre la vida, que
haga lo que me toca hacer: orar por las madres que han perdido el sentido de su
maternidad, orar por los gobernantes que aprueban estos homicidios para que
sepan descubrir el valor y la dignidad de cada persona.
«Cuántos dolores, cuántas injusticias, cuántas muertes se hubieran evitado si los
hombres hubiésemos dejado que Cristo arrancara de nuestros corazones las costras
de un egoísmo que nos ata a nuestros propios intereses y nos ciega a la verdad y al
bien!»
( Cristo al centro, n. 1663).