“José se levant, tom de noche al nio y a su madre, y se fue a Egipto”
Mt 2, 13-18
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
LA VIVENCIA HUMANA DE JESÚS A TRAVÉS DEL RELATO BÍBLICO
Para entender la vivencia humana de Jesús a través del relato bíblico es muy necesario
conocer la clave de lectura del texto que se mueve en dos niveles: el de la historia y el de la fe.
El escritor sagrado, sin traicionar el dato histórico, como el de la matanza de los inocentes y la
huida de Jesús a Egipto, sino partiendo de estos, recompone cada uno de los hechos
leyéndolos en fe y los transfigura con la luz del profundo misterio que encierran: El Niño Jesús,
que se pone en manos de los hombres, no es el que huye del enemigo por miedo, es el
verdadero vencedor, porque es en su libre obediencia donde nos revela el rostro del Padre y el
amor gratuito con el que se nos ha entregado. Si el mundo con su pecado rechaza al Mesías,
en realidad es él el derrotado, porque es Cristo quien lo juzga. Si el rechazo y la marginación
son el momento de la humillación y de la debilidad de Cristo, en realidad es aquí donde
comienza su triunfo con la glorificación que le devolverá el Padre.
También el cristiano puede rechazar a Cristo y ser culpable de pecado, renegando del amor de
Dios, pero cree, a pesar de todo, que sus pecados no son obstáculo permanente a la comunión
con Dios. El cristiano sabe que es posible transformar el alejamiento en cercanía, que toda
realidad adversa puede ser superada por la acción misteriosa de Dios en Cristo, que es no sólo
el verdadero intercesor junto al Padre, sino el medio extraordinario de expiación por los
pecados de todos los hombres.
ORACION
Señor Jesús, tú eres el único intercesor que puede defender nuestra causa junto al Padre, cada
vez que hacemos la experiencia negativa del pecado y del alejamiento de ti. Muchas veces la
humanidad ha quebrantado tu alianza y otras tantas tú la has reanudado sin cansarte jamás,
manifestándote rico en perdón y en bondad. No dejes de ser nuestro defensor, a pesar de las
muchas matanzas de inocentes que se repiten en todo tiempo sobre nuestro planeta, los
innumerables pecados de escándalo que hieren a nuestra juventud y desconciertan a nuestros
ancianos y a tantas personas sencillas, los sufrimientos de todo género que se infligen a
muchos inocentes por la voracidad de otros tantos Herodes de hoy que buscan sólo el poder, el
éxito y la posesión de bienes materiales.
Señor, tú que has sufrido la marginación, el rechazo y la incomodidad de la falta de un
domicilio, haz que todos estos males no se repitan más entre nosotros, que toda la humanidad
pueda encontrar en ti, y por medio de tu ejemplo de vida, el sentido de la hermandad y de la
unidad. Ciertamente es obra tuya la unión de los dispersados, la justicia absoluta y la
concordia, la paz mesiánica que tú has predicado, pero también nosotros queremos colaborar a
la construcción de un mundo más justo y fraterno, donde los lazos del egoísmo se rompan,
donde todo pacifismo aparente sea superado y toda falsa justicia quebrantada. Señor Jesús,
que nuestra vida cristiana nos haga capaces de edificar la nueva familia humana, basada en el
amor al otro.