Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo de Navidad
31 de Diciembre
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo
conocéis * La Palabra se hizo carne
Textos para este día:
1 Juan 2,18-21:
Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues
bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el
momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si
hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así
para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros,
estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque
desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de
la verdad.
Juan 1,1-18:
En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra
era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se
hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había
vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no
la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía
como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe.
No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra
a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio
de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero
a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.
Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de
Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su
gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da
testimonio de él y grita diciendo: "Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí
pasa delante de mí, porque existía antes que yo."" Pues de su plenitud todos hemos
recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la
verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo
único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Homilía
Temas de las lecturas: Estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis *
La Palabra se hizo carne
1. Esta es la última hora
1.1 Harto da qué pensar eso de que en el siglo I ya Juan nos hable de que estamos
en la última hora (1 Jn 2,18). Idea que no era sólo suya. La Carta a los Hebreos
habla de "estos tiempos, que son los últimos...". Tales palabras resuenan de modo
particular en el último día del año civil.
1.2 Juan ve llegada la última hora por la multiplicación de anticristos, palabra que
aquí debe entenderse seguramente en el sentido general de "adversarios de la
propagación del Evangelio". Las enseñanzas de estos adversarios pueden deducirse
del conjunto de advertencias que trae la Carta. Al parecer se trataba de tendencias
que hoy llamaríamos "gnósticas", que quitaban importancia a la Encarnación del
Verbo y pretendían una especie de salvación por el conocimiento (gnosis) al
margen de la vida y de las enseñanzas específicas de Cristo. Mucho de esto puede
ciertamente encontrarse hoy en la New Age.
1.3 Juan hace una lectura de esa abundancia de apóstatas: se trata de una
anticipación del juicio. Y como el gran juicio sólo pertenece a Dios y sólo se dará en
el último día, es claro que ya en nuestra historia es sensible la proximidad de ese
desenlace, porque ya vemos que acontecen primicias del gran juicio divino, que
está separando lo que sí es de lo que no es.
1.4 Así habría que entender aquello de "esta es la última hora". El sentido sería: no
dejemos que nos desanime la pérdida de hermanos que sólo eran falsos hermanos.
Con su partida ellos están cumpliendo en el fondo un designio de Dios que purifica
a su pueblo y declara lo que es suyo, y que así anticipa el juicio del final de los
tiempos.
2. En el principio ya existía la Palabra...
2.1 Por contraste con el tema de la última hora, el evangelio de hoy toma el
precioso prólogo de Juan, que nos remite al principio.
2.2 La impresionante altura contemplativa de este texto nos lleva del modo más
dramático posible a la admiración del misterio de la Navidad. Por siglos, hombres y
mujeres han desfallecido de amor y asombro ante la grandeza de esa compasión
que trae a nuestra historia al Autor de la vida. ¡Qué bello, qué infinitamente bello
nos parece el Niño cuando se nos revela un poco más de quién es y por qué viene a
nuestro humilde valle!
2.3 El centro de este texto inmortal está, sin duda, en el v. 14: "la Palabra se hizo
hombre y habitó entre nosotros". ¡Se hizo hombre!, ¡se hizo carne, capacidad de
dolor y traición, fragilidad que recorre el borde de la muerte!
2.4 El amor inconmensurable de la Encarnación es también la razón de su majestad
y soberanía sobre toda carne. La misericordia de Dios quita validez a toda disculpa
del hombre. La luz de Dios revela una verdad que nos desnuda de la comodidad de
no saber quién es el verdadero Señor entre tantas voces de falsos señores. Por eso
el Niño del pesebre es también el juez de nuestras vidas: sólo quien nos ha amado
hasta el extremo de su bondad puede revelarnos el extremo de nuestra verdad.