EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 2,1-12.
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de
Oriente se presentaron en Jerusalén
y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos
su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para
preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.
"En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta:
Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales
ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo,
Israel".
Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con
precisión la fecha en que había aparecido la estrella,
los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del
niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle
homenaje".
Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los
precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.
Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,
y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le
rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y
mirra.
Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes,
volvieron a su tierra por otro camino.
Comentario del Evangelio por
Beato Guerrico de Igny (hacia 1080-1157), abad cisterciense
3er.sermón para la Epifanía
«En este día, Señor, revelaste a tu Hijo unigénito a los pueblos gentiles»
(Oración del día)
«¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz!» (Is 60,1) ¡Bendita seas, oh
Luz, «que vienes en el nombre del Señor»! «El Señor es Dios, Él nos ilumina» (Sl
117, 27). Por su benevolencia, este día santificado por la luz radiante de la Iglesia,
ha brillado sobre nosotros. Por eso te damos gracias «luz verdadera que ilumina a
todo hombre que viene al mundo» (Jn 1,9), y es, precisamente por esto que ha
venido al mundo en forma humana. Resplandece Jerusalén, nuestra madre (Gal
4,26), madre de todos los que han merecido ser iluminados; desde ahora alumbra
a todos los que están en el mundo. Te damos gracias, Luz verdadera: te has hecho
lámpara para iluminar a Jerusalén y para que el Verbo, la Palabra de Dios, sea «la
lámpara que ilumina mis pasos» (Sl 118,105)... Y no sólo ha sido iluminada sino
que ha sido «puesta encima como un farol» todo él como de oro macizo (Mt 5,15;
Ex 25,31). Vedla convertida en «la ciudad situada en la cumbre de los montes» (Mt
5,14)... para que su Evangelio llegue a alumbrar a todos los imperios del mundo...
Oh Dios, que iluminas a todas las naciones, por ti hemos cantado «El Señor
vendrá e iluminará los ojos de sus siervos». Ahora ya has venido, oh Luz mía:
«Ilumina mis ojos para que jamás me duerma en la muerte» (Sl 12,4)... Has
venido ya, oh Luz de los creyentes, y hoy nos has dado el gozo de ser iluminados
por la fe, que es nuestra lámpara. Danos siempre el gozo de ver tu luz sobre lo que
en nosotros queda de tiniebla...
Este es el camino que debes seguir, alma fiel, para llegar a la patria donde
«las tinieblas serán como el mediodía» (Is 58,10) y «la noche será tan clara como
el día» (Sl 138, 12). Entonces «tú verás y estarás radiante, tu corazón se
maravillará y se dilatará», cuando toda la tierra estará llena de la majestad de la
luz infinita y «en ti se manifestará su gloria» (Is 60,5.2)... « ¡Venid, caminemos a
la luz del Señor!» (Is 2,5) Entonces marcharemos «como hijos de la luz» «de
claridad en claridad, como conducidos por el Señor que es Espíritu» (2C 3,18).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”