EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 1,21b-28.
Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y
comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien
tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a
gritar:
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros?
Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese
hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto?
¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus
impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Comentario del Evangelio por
Catecismo de la Iglesia Católica
§391-395 (Copyright- Libreria Edittorial Vaticana)
"¿Viniste para perdernos?"
Detrás de la elección desobediente de nuestros primeros padres se halla una
voz seductora, opuesta a Dios (Gn 3,1-5) que, por envidia, los hace caer en la
muerte (Sb 2,24). La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser un ángel
caído, llamado Satán o diablo (Jn 8,44; Ap 12,9). La Iglesia enseña que primero fue
un ángel bueno, creado por Dios. "El diablo y los otros demonios fueron creados por
Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos" (Concilio
de Letrán IV, año 1215: DS, 800).
La Escritura habla de un pecado de estos ángeles (2 P 2,4). Esta "caída"
consiste en la elección libre de estos espíritus creados que rechazaron radical e
irrevocablemente a Dios y su Reino. Encontramos un reflejo de esta rebelión en las
palabras del tentador a nuestros primeros padres: "Seréis como dioses" (Gn 3,5).
El diablo es "pecador desde el principio" (1 Jn 3,8), "padre de la mentira" (Jn 8,44).
Es el carácter irrevocable de su elección, y no un defecto de la infinita misericordia
divina lo que hace que el pecado de los ángeles no pueda ser perdonado. "No hay
arrepentimiento para ellos después de la caída, como no hay arrepentimiento para
los hombres después de la muerte" (San Juan Damasceno, De fide orthodoxa, 2,4:
PG 94, 877C).
La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama
"homicida desde el principio" (Jn 8,44) y que incluso intentó apartarlo de la misión
recibida del Padre ( Mt 4,1-11). "El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las
obras del diablo" (1 Jn 3,8). La más grave en consecuencias de estas obras ha sido
la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a Dios.
Sin embargo, el poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura,
poderosa por el hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir
la edificación del Reino de Dios
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”