Cristo es el Hijo de Dios.
2012-01-10
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se
puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba
como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a
gritar: «¿Qué quieres Tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con
nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús le ordenó: «¡Cállate y sal de
él!» El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido,
salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: «¿Qué es esto? ¿Qué
nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los
espíritus inmundos y lo obedecen». Y muy pronto se extendió su fama por toda
Galilea. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, son muchas las inmundicias que rodean mi entorno social. No debo,
inocentemente, pensar que mi familia y yo estamos exentos a su influencia ni que
no contribuímos, un poco o un mucho, a esta triste realidad. Por ello te pido que
ilumines mi mente y mi corazón para que este momento de oración me haga crecer
en el amor.
Petición
Señor, dame la gracia de conocer y vivir tu doctrina del amor para entregarme a los
demás con total desinterés y donación.
Meditación
Cristo es el Hijo de Dios.
«Este año, en las celebraciones dominicales, la liturgia propone a nuestra
meditación el evangelio de san Marcos, una de cuyas características es el así
llamado "secreto mesiánico", es decir, el hecho de que Jesús no quiere que por el
momento se sepa, fuera del grupo restringido de sus discípulos, que él es el Cristo,
el Hijo de Dios. Por eso, en varias ocasiones, tanto a los Apóstoles como a los
enfermos que cura, les advierte de que no revelen a nadie su identidad. Por
ejemplo, el pasaje evangélico habla de un hombre poseído por el demonio […]
Jesús no sólo expulsa los demonios de las personas, liberándolas de la peor
esclavitud, sino que también impide a los demonios mismos que revelen su
identidad. E insiste en este "secreto", porque está en juego el éxito de su misma
misión, de la que depende nuestra salvación. Jesús sabe que para liberar a la
humanidad del dominio del pecado deberá ser sacrificado en la cruz como
verdadero Cordero pascual. El diablo, por su parte, trata de distraerlo para
desviarlo, en cambio, hacia la lógica humana de un Mesías poderoso y lleno de
éxito. La cruz de Cristo será la ruina del demonio; y por eso Jesús no deja de
enseñar a sus discípulos que, para entrar en su gloria, debe padecer mucho, ser
rechazado, condenado y crucificado, pues el sufrimiento forma parte integrante de
su misión» (Benedicto XVI, 1 de febrero de 2009).
Reflexión apostólica
«Cristo está en el origen de toda vocación cristiana. Es Él quien llama. La palabra
“vocación” significa, precisamente, “llamado”. Y el primer y fundamental llamado
que Cristo hace a todo hombre es a seguir sus huellas por el camino del amor. Esta
vocación conlleva un llamado a la santidad y al compromiso apostólico» (Manual
del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 56).
Propósito
Ante el dolor y situaciones difíciles, identificarme con Cristo al vivirlas con serenidad
y confianza.
Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por enseñarme que lo fundamental en mi vida es la caridad.
Ayúdame a amar a mi prójimo con el mismo amor con que te amo a Ti. Dame la
gracia de descubrirte y servirte en los demás, porque eso es la verdadera fe
cristiana. El milagro de la curación del hombre poseído por un espíritu inmundo me
recuerda que quieres hacer conmigo el mayor de los milagros: mi santidad.
«Toda la santidad, toda la felicidad profunda y definitiva de nuestra alma, no es
más que fruto sazonado de nuestra correspondencia diaria, sencilla, callada, a ese
amor»
( Cristo al centro, n. 270).