EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 2,1-12.
Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba
en la casa.
Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él
les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres.
Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre
el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el
paralítico.
Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son
perdonados".
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior:
"¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los
pecados, sino sólo Dios?"
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: "¿Qué están pensando?
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o
'Levántate, toma tu camilla y camina'?
Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de
perdonar los pecados
-dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente
quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada igual".
Comentario del Evangelio por
San Ambrosio (v. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al Evangelio de Lucas V, 11-13; SC 45
«Viendo su fe, le perdona»
"Viendo su fe», Jesús le dice al paralítico: «Tus pecados son perdonados». El
Señor es grande: a causa de unos, perdona a otros; acepta la oración de los
primeros y perdona a los segundos sus pecados. Hombres, ¿por qué hoy vuestro
compañero de existencia no podrá hacer nada por vosotros, cuando cerca del
Señor, su servidor tiene derecho a pedir y a obtener?
Vosotros que juzgáis, aprended a perdonar; y vosotros que estáis enfermos,
aprended a suplicar. Si no esperáis el perdón directo de las faltas graves, recurrid a
intercesores, recurrid a la Iglesia que rezará por vosotros. Entonces, en
consideración a Ella, el Señor os concederá el perdón que habría podido negaros.
No descuidamos la realidad histórica de la curación del paralítico; pero
reconocemos, ante todo, la curación en él del hombre interior, a quien sus pecados
son perdonados...
El Señor quiere salvar a los pecadores; demuestra su divinidad por su
conocimiento de los secretos y por los prodigios de sus acciones. "¿Qué es más fácil
decir: « tus pecados te son perdonados» o bien: «¿ Levántate y anda?» Aquí
muestra una imagen completa de la resurrección, ya que, curando la herida del
alma y del cuerpo, el hombre entero es curado.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”