EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 2,13-17.
Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí, y él les
enseñaba.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y
le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se
sentaron a comer con él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían.
Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos,
decían a los discípulos: "¿Por qué come con publicanos y pecadores?".
Jesús, que había oído, les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del
médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores".
comentario del Evangelio por
San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), obispo y doctor de la Iglesia
6º Discurso para la Novena de Navidad
«El hombre se levantó y lo siguió»
Mi querido Redentor, he aquí mi corazón, te lo doy entero; ya no me
pertenece más, es tuyo. Entrando en el mundo, te ofreciste al Padre eterno,
ofrecido y dado toda tu voluntad, como nos lo dices por boca de David: "Está
escrito de mí, en el libro de la Ley, para hacer tu voluntad. Es lo que siempre quise,
Oh Dios mío " (Sal. 39,8-9). De la misma manera, mi querido Salvador, te ofrezco
hoy toda mi voluntad. En otro tiempo te fue rebelde, por ella que te ofendía. Ahora
siento de todo corazón, el uso que hice de ella, todas las faltas que miserablemente
me privaron de tu amistad. Me arrepiento profundamente, y esta voluntad te la
consagro sin reserva.
«¿Señor, qué quieres que haga? (Hch. 22,10) Señor, dime qué me pides:
estoy dispuesto a hacer todo lo que deseas. Dispón de mí y de lo que me pertenece
como gustes: lo acepto todo, consiento en todo. Sé que buscas mi mayor bien: "
Pongo pues, totalmente mi alma en tus manos " (Sal. 30,6). Por tu misericordia,
ayúdala, consérvala, haz que te pertenezca siempre, y sea toda tuya, ya que "la
rescataste, Señor, Dios de la verdad", al precio de tu sangre (Sal. 30,6).»
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”