II Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo B (Año Par)
Con permiso de dominicos.org
Miercoles
"¿Qué está permitido en sábado?"
I. Contemplamos la Palabra
Lectura del primer libro de Samuel 17,32-51
En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: «Majestad, no os
desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.»
Pero Saúl le contestó: «No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él,
porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.»
David le replicó: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las
garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.»
Entonces Saúl le dijo: «Anda con Dios.»
Agarró el cayado, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, empuñó
la honda y se acercó al filisteo. Éste, precedido de su escudero, iba avanzando,
acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un
muchacho de buen color y guapo, y le gritó: «¿Soy yo un perro, para que
vengas a mi con un palo?»
Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: «Ven acá, y echaré tu
carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.»
Pero David le contestó: «Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina;
yo voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de
Israel, a las que has desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te
venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del
campamento filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra; y todo el
mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos
reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas,
porque ésta es una guerra del Señor, y él os entregará en nuestro poder.»
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección de David, éste
salió de la formación y corrió velozmente en dirección del filisteo; echó mano al
zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la
piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra. Así venció David al
filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada.
David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo
remató, cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver que había muerto su campeón,
huyeron.
Sal 143,1.2.9-10 R/. Bendito el Señor, mi Roca
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R/.
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos. R/.
Dios mio, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo. R/.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con
parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y
acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo
malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su
obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los
herodianos el modo de acabar con él.
II. Oramos con la Palabra
SEÑOR,hoy se abre ante cada discípulo tuyo el Octavario de Oración por la
Unidad de los Cristianos, que no acabamos de convencernos de que tu Espíritu
puede darnos la unidad, como tú puedes curar las almas y los cuerpos. Cuántas
veces descuidamos lo único importante en el camino hacia la unidad plena:
encontrarnos todos los cristianos en ti, convertirnos a ti, amarnos mutuamente
en ti y por ti. ¡„„Padre, que todos sean uno”!
Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 de
EDIBESA.
III. Compartimos la Palabra
En la primera lectura encontramos el famoso pasaje de guerra entre Israel y los
filisteos. En concreto, encontramos el episodio donde David se enfrenta al gran
soldado filisteo que se le conoce con el nombre de Goliat.
Más allá de los hechos narrados por el pasaje, me parece interesante resaltar
una idea que aparece en la primera lectura: cualquier persona humana (David
era el más pequeño de la casa de Judá) es capaz de grandes cosas (homo capax
Dei). Ahora bien, ¿qué es hacer algo grande? Para algunos hacer algo grande es
hacer algo brillante, algo que se vea y que sea patente a los ojos de los otros.
Hacer algo grande puede ser hacer hechos heroicos. Hacer algo grande en clave
cristiana es hacer algo por Amor, es hacer algo que desarrolle nuestro “ser
amoroso” que somos.
En el Evangelio encontramos un pasaje de Marcos donde Jesús entra de nuevo
en la sinagoga. Allí le presentan un caso de un hombre con la mano paralizada.
Era sábado. Según se desprende del pasaje, entre los que le presentan el caso a
Jesús había una única intención, que nada tenía que ver con la curación de
hombre: poner a prueba a Jesús. Hay, pues, un juego de intenciones en el
pasaje: la intención de los que “estaban al acecho” y la intención de Jesús. Pero
Jesús deja perplejos a los que tenían una intención de ponerlo a prueba por
medio de una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo
malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir? La respuesta ante
semejante pregunta fue el silencio; se quedaron sin palabras, sin saber que
responder. Este silencio es provocado porque su poca honradez es puesta al
descubierto.
El Evangelio nos habla de una actitud perdida: la honradez, la honestidad. No
hay mayor tranquilidad que hacer las cosas son doblez. Ser honrado significa no
aprovecharme del vecino (en este caso los que quieren ponerlo a prueba se
quieren aprovechar del hombre con la mano seca), no utilizarlo, aunque ello
suponga dejar algunos de los objetivos que quiero alcanzar.
La honradez es una virtud y actitud “predicante”, es decir, que predica en sí
misma… La honradez habla del Evangelio, habla del gusto por la Verdad, por
Dios.
Hoy empezamos la semana de oración por la unidad de los cristianos que
finalizará con la fiesta de la conversión de San Pablo el próximo 25 de Enero. Es
una tarea difícil donde la Iglesia Católica nos encontramos empeñados con todas
nuestras fuerzas. Temas delicados, complejos, de mucho diálogo teológico,
pastoral, institucional… Demos el pistoletazo de salida a esta semana con una
oración.
Fray José Rafael Reyes González
Convento de San Clemente - Roma