EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Miércoles de la segunda semana del tiempo ordinario
Primer Libro de Samuel 17,32-33.37.40-51.
David dijo a Saúl: "No hay que desanimarse a causa de ese; tu servidor irá a luchar
contra el filisteo".
Pero Saúl respondió a David: "Tú no puedes batirte con ese filisteo, porque no eres
más que un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su juventud".
Y David añadió: "El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso,
también me librará de la mano de ese filisteo". Entonces Saúl dijo a David: "Ve, y
que el Señor esté contigo".
Luego tomó en la mano su bastón, eligió en el torrente cinco piedras bien lisas, las
puso en su bolsa de pastor, en la mochila, y con la honda en la mano avanzó hacia
el filisteo.
El filisteo se fue acercando poco a poco a David, precedido de su escudero.
Y al fijar sus ojos en David, el filisteo lo despreció, porque vio que era apenas un
muchacho, de tez clara y de buena presencia.
Entonces dijo a David: "¿Soy yo un perro para que vengas a mí armado de palos?".
Y maldijo a David invocando a sus dioses.
Luego le dijo: "Ven aquí, y daré tu carne a los pájaros del cielo y a los animales del
campo".
David replicó al filisteo: "Tú avanzas contra mí armado de espada, lanza y jabalina,
pero yo voy hacia ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de las huestes
de Israel, a quien tú has desafiado.
Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; yo te derrotaré, te cortaré la
cabeza, y daré tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a los pájaros del cielo
y a los animales del campo. Así toda la tierra sabrá que hay un Dios para Israel.
Y toda esta asamblea reconocerá que el Señor da la victoria sin espada ni lanza.
Porque esta es una guerra del Señor, y él los entregará en nuestras manos".
Cuando el filisteo se puso en movimiento y se acercó cada vez más para enfrentar a
David, este enfiló velozmente en dirección al filisteo.
En seguida metió la mano en su bolsa, sacó de ella una piedra y la arrojó con la
honda, hiriendo al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente, y él cayó
de bruces contra el suelo.
Así venció David al filisteo con la honda y una piedra; le asestó un golpe mortal, sin
tener una espada en su mano.
David fue corriendo y se paró junto al filisteo; le agarró la espada, se la sacó de la
vaina y lo mató, cortándole la cabeza. Al ver que su héroe estaba muerto, los
filisteos huyeron.
Salmo 144(143),1.2.9-10.
De David.
Bendito sea el Señor, mi Roca,
el que adiestra mis brazos para el combate
y mis manos para la lucha.
El es mi bienhechor y mi fortaleza,
mi baluarte y mi libertador;
él es el escudo con que me resguardo,
y el que somete los pueblos a mis pies.
Dios mío, yo quiero cantarte un canto nuevo
y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas,
porque tú das la victoria a los reyes
y libras a David, tu servidor.
Líbrame de la espada maligna.
Evangelio según San Marcos 3,1-6.
Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una
mano paralizada.
Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con
el fin de acusarlo.
Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: "Ven y colócate aquí delante".
Y les dijo: "¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o
perderla?". Pero ellos callaron.
Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la
dureza de sus corazones, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su
mano quedó curada.
Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de
acabar con él.
comentario del Evangelio por
Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina
Ejercicios, n° 7; SC 127
«Observaban a Jesús... para acusarlo»
A la hora de la oración, ponte en presencia de la paz y del amor: ¡Oh paz de
Dios que sobrepasas todo sentimiento! (Fl 4,7), paciente y agradable, dulce y
preferible a todo, por donde penetras, reina una seguridad imperturbable. Sólo tú,
tienes el poder de frenar la cólera del soberano; adornas el trono del rey con
clemencia; iluminas el reino de la gloria con piedad y misericordia.
Por favor, encárgate de mi causa, yo, el culpable y el indigente... Que el
acreedor está ya a la puerta... no es prudente hablarle, ya que no tengo con qué
pagar mi deuda. ¿Dulce Jesús, mi paz, cuánto tiempo estarás en silencio?... Por
favor, ahora, por lo menos, habla por mí, diciendo esta palabra caritativa: " Yo, la
rescataré". Tú, tu eres ciertamente el refugio de todos los pobres. No pasas cerca
de nadie sin salvarlo. Tú, jamás dejaste irse al que se había refugiado cerca de
tuyo, sin que fuera reconciliado...
Por favor, mi amor, mi Jesús, a esta hora del día, fuiste flagelado por mí,
coronado de espinas, abrevado lamentablemente por sufrimientos. Eres mi
verdadero rey, fuera de ti no conozco otro. Te hiciste el oprobio de los hombres,
despreciado y rechazado como un leproso (Is 53,3), hasta en Judea se niegan a
reconocerte como su rey (Jn 19,14-15). ¡Por tu gracia, que yo, por lo menos, te
reconozca como mi rey! Dios mío, dame esta inocencia, tan tiernamente deseada,
mi Jesús, que "pagaste" tan plenamente por mí, «lo que no habías robado " (Sal.
68,5); dámelo para que sea el apoyo de mi alma. Qué la reciba en mi corazón; qué
por la amargura de sus dolores y de su Pasión reconforte mi espíritu...
Y tú, paz de Dios, eres el amado lazo que me encadena para siempre a Jesús.
Eres el apoyo de mi fuerza..., a fin de que sea "un solo corazón y una sola alma"
con Jesús (Hch. 4,32)... Por ti, permaneceré atado para siempre a mi Jesús.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”