EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 3,7-12.
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de
Galilea.
Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de
Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón.
Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la
muchedumbre no lo apretujara.
Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban
sobre él para tocarlo.
Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: "¡Tú eres
el Hijo de Dios!".
Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.
Comentario del Evangelio por
San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Los grados de la humildad y el orgullo, ch. 3, §6.12
«Los que padecían alguna dolencia, se precipitaban sobre él para tocarlo"
Seguid el ejemplo de nuestro Salvador que quiso sufrir su Pasión con el fin de
aprender compasión; sujetarse a la miseria, con el fin de comprender a los
miserables. Lo mismo que " aprendió a obedecer, por lo que aguanto " (He 5,8),
quiso aprender también la misericordia... Posiblemente encontrarás extraño lo que
acabo de decir sobre Cristo: Él, que es la sabiduría de Dios (1Co 1,24), ¿qué pudo
aprender?...
Reconocéis que es Dios y hombre en una sola persona. Como Dios eterno,
siempre tuvo conocimiento de todo; como hombre, nacido en el tiempo, aprendió
muchas cosas en el tiempo. Cuando empezó a estar en nuestra carne, también
comenzó a enterarse, por experiencia, de las miserias de la carne. Habría sido más
feliz y más sabio con nuestros primeros padres, de no haber hecho esta
experiencia, pero su creador " vino a buscar lo que estuvo perdido " (Lc 19,10).
Tuvo lastima de su obra y vino a rescatarla, descendiendo misericordiosamente, allí
dónde ésta había perecido miserablemente...
No era simplemente para compartir su desgracia, sino para compadecerse de
su miseria y liberarlos: para llegar a ser misericordioso, no como un Dios en su
bondad eterna, sino como un hombre que comparte la situación de los hombres...
¡Maravillosa lógica del amor! ¿Cómo habríamos podido conocer esta admirable
misericordia, si no conociera la miseria existente? ¿ Cómo habríamos podido
entender la compasión de Dios, si no conociera el sufrimiento?... A la misericordia
de un Dios, Cristo unió la de un hombre, sin cambiarla, pero multiplicándola, como
está escrito: " salvarás a hombres y animales, Señor. ¡Mi Dios, cómo hiciste
sobreabundar tu misericordia! " (Sal. 35,7-8 tipos de Vulg.)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”