Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 2, Miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Venció David al filisteo con la honda y una piedra * ¿Está
permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
Textos para este día:
1 Samuel 17, 32-51:
En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: "Majestad, no os
desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo". Pero Saúl le contestó:
"No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y
él es un guerrero desde mozo". David replicó: "El Señor, que me ha librado de las
garras del león y de las garras oso, me librará de las manos de este filisteo".
Entonces Saúl le dijo: "Anda con Dios".
Agarró la cayada, escogió cinco cantos de arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la
honda y se acercó al filisteo. Este, precedido de su escudero, iba avanzando,
acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un
muchacho de buen color y guapo, y le gritó: "¿Soy yo un perro, para que vengas a
mi con un palo?" Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: "Ven
acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo".
Pero David le contestó: "Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo
voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a
las que has desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te
arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los cadáveres del
campamento filisteo a las aves del cielo y las fieras de la tierra; y todo el mundo
reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el
Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra
del Señor y él os entregará en nuestro poder.
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección a David, éste salió
de la formación y corrió velozmente en dirección al filisteo; echó mano al zurrón,
sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le
clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra. Así venció David al filisteo, con la
honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada. David corrió y se
paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la
cabeza.
Marcos 3, 1-6:
En aquel tiempo entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con
parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: "Levántate y ponte ahí en medio". Y a ellos les
preguntó: "¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle
la vida a un hombre o dejarlo morir?" Se quedaron callados. Echando en torno una
mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: "Extiende el brazo". Lo
extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los
herodianos el modo de acabar con él.
Homilía
Temas de las lecturas: Venció David al filisteo con la honda y una piedra * ¿Está
permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
1. Amor a la Causa de Dios
1.1 Hoy tenemos uno de los más conocidos pasajes de todo el Antiguo Testamento.
Los niños ya en la catequesis saben que David venció la soberbia de Goliat y que
así le dio una gran victoria a los hebreos sobre los filisteos. Es importante, sin
embargo, que vayamos más allá de la anécdota simplemente.
1.2 Conviene destacar qué es lo que mueve a David: "Yo voy contra ti en nombre
del Señor todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has
desafiado." El nombre de este sentimiento vigoroso, que en un momento dado
puede darnos fuerza extraordinaria y gran sagacidad, es celo. En últimas, proviene
del amor y en realidad es una forma de amor a la gloria de Dios. De hecho, la gran
preocupación de David se resume en que "toda la tierra sabrá que Israel tiene un
Dios." La victoria, según vimos, fue suya.
2. Desamor a la Causa de Dios
2.1 Unos que no eran muy afectos a la gloria de Dios fueron los fariseos, según
leemos en el evangelio de hoy. Su noción de lo "lícito" era tan estrecha que estarían
dispuesto a dejar con su problema al hombre de la mano seca. Estaban tan
ocupados juzgando que no tenían tiempo de sanar a nadie. Su única preocupación
era hacer prevalecer su autoridad y su posición ante los demás, sin que importara
mucho que pudiera pasar a los necesitados. Es exactamente lo contrario de la
búsqueda de la gloria de Dios: les interesaba su propia gloria.
2.2 Jesús sanó a este hombre delante de los ojos incrédulos y suspicaces de los
adversarios. El evangelio incluso dice: "mirándolos con ira..." Cosa que no es
pequeño detalle, porque muestra que Jesús estaba movido por el celo de la causa
divina, como David, su antepasado. La sanación entonces no fue un acto de
concentración mental, a la manera de los gurúes o de lo que propone la Nueva Era.
Cristo no estaba recogiendo fuerzas magnéticas en su mente en blanco, porque su
mente no estaba vacía, sino colmada de amor por la causa de Dios.