Sábado 21 de Enero de 2012
Sábado 2ª semana de tiempo ordinario 2012
2Samuel 1, 1-27
En aquellos días, al volver de su victoria sobre los amalecitas, David se
detuvo dos días en Sicelag. Al tercer día de la muerte de Saúl, llegó uno del ejército
con la ropa hecha jirones y polvo en la cabeza; cuando llegó, cayó a tierra,
postrándose ante David. David le preguntó: "¿De dónde vienes?" Respondió: "Me
he escapado del campamento israelita" David dijo: "¿Qué ha ocurrido? Cuéntame".
El respondió: "Pues que la tropa ha huido de la batalla y ha habido
muchas baja entre la tropa y muchos muertos, y hasta han muerto Saúl y su hijo
Jonatán".
Entonces David agarró sus vestiduras y las rasgó, y sus acompañantes
hicieron lo mismo. Hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl,
y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor, por la casa de Israel, porque habían
muerto a espada. Y dijo David: "¡Ay, la flor de Israel herida en tus alturas! ¡Cómo
cayeron los valientes! Saúl y Jonatán, mis amigos queridos: ni vida ni muerte los
pudo separar; más rápidos que águilas, más bravos que leones. Muchachas de
Israel, llorad por Saúl, que os vestía de púrpura y de joyas, que enjoyaba con oro
vuestros vestido. ¡Cómo cayeron los valientes en medio del combate! ¡Jonatán,
herido en tus alturas! ¡Cómo sufro por ti, Jonatán, hermano mío! ¡Ay, cómo te
quería! Tu amor era para mí más maravilloso que el amor de mujeres. ¡Cómo
cayeron los valientes, los rayos de la guerra perecieron!"
Salmo responsorial: 79
R/Que brille tu rostro, Señor, / y nos salve.
Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como a un rebaño; tú que
te sientas sobre querubines, resplandece ante Efraím, Benjamín y Manasés.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R.
Señor Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado mientras tu
pueblo te suplica? Les diste a comer llanto, a beber lágrimas a tragos; nos
entregaste a las contiendas de nuestros vecinos, nuestros enemigos se burlan de
nosotros. R.
Marcos 3, 20-21
En aquel tiempo volvió Jesús con sus discípulos a casa y se juntó tanta
gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo,
porque decían que no estaba en sus cabales.
COMENTARIOS
La misión de Jesús desata el asombro de los creyentes sencillos, la
oposición de escribas y fariseos y el rechazo de sus propios parientes. Marcos es el
único evangelista que resalta la tremenda oposición que suscitó la acción de Jesús,
y no duda en señalarnos la confusión que la actitud de Jesús genera entre sus
allegados. Al parecer, la reacción de la parentela de Jesús se desata cuando se
enteran de la conformación de un grupo permanente de seguidores de Jesús. El
texto indica que sus familiares no aceptan el estilo profético que Jesús asume y el
hecho de que encuentre tanta acogida en Cafarnaún y sus alrededores. Nosotros
debemos preguntarnos si no nos ocurre nada semejante. Muchas veces nos
contentamos con una existencia tranquila en la medida que lo permiten las
circunstancias, pero nos angustiamos cuando un hermano, un hijo o incluso uno de
nuestros padres se dedica mucho a actividades que consideramos propias de
profetas o de gente religiosa. Todo está bien mientras no desafíen nuestras
convicciones. Pero, aceptar el evangelio significa colocarse fuera de sí a la escucha
de Dios y al servicio de los otros
¿Queremos una religión que nos tranquilice o una que nos mueva?
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)