Saber mantener un espacio interior para reflexionar sobre los hechos de la
vida.
2012-01-24
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su Madre y sus parientes; se
quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a Él estaba sentada una multitud,
cuando le dijeron: «Ahí fuera están tu Madre y tus hermanos, que te buscan».
Él les respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Luego,
mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: «Estos son mi madre y
mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi
hermana y mi madre». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, vengo ante Ti en este momento de oración buscando tener un momento a
solas contigo, en silencio. Te consagro todos mis pensamientos, palabras y obras.
Concédeme vivir con la ilusión de cumplir hoy, en todo, tu voluntad.
Petición
Padre mío, aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad para que renueve minuto a
minuto mi opción por Ti.
Meditación
Saber mantener un espacio interior para reflexionar sobre los hechos de la vida.
«Día tras día, en el silencio de la vida ordinaria, María continuó custodiando en su
corazón, los siguientes sucesos maravillosos de los que fue testigo, hasta la prueba
extrema de la Cruz y la gloria de la Resurrección. María ha vivido plenamente su
existencia, sus deberes cotidianos, su misión de madre, pero ha sabido mantener
en sí un espacio interior para reflexionar sobre la palabra y la voluntad de Dios,
sobre lo que sucedía en sí misma, sobre los misterios de la vida de su Hijo.
En nuestro tiempo estamos siendo absorbidos por muchas actividades y
compromisos, preocupaciones, problemas; a menudo se tiende a rellenar todos los
espacios de la jornada, sin tener un momento para detenernos reflexionando y
nutriendo la vida espiritual, el contacto con Dios. María nos enseña lo necesario que
es encontrar en nuestras jornadas, con todas las actividades, momentos para
recogernos en silencio y meditar sobre lo que el Señor nos quiere enseñar, sobre
cómo está presente y actúa en el mundo y en nuestra vida: ser capaces de
detenernos un momento y meditar» (Benedicto XVI, 17 de agosto de 2011).
Reflexión apostólica
«Quien ora percibe la necesidad de conformar su mente, su corazón, su voluntad y
su acción con el querer santísimo de Dios, que le ha salido al encuentro: «Señor,
¿qué quieres que haga?» Por eso, la oración, además de la gloria de Dios, tiene
como primer fruto la escucha y la acogida serena, alegre y amorosa de la voluntad
de Dios por parte del hombre» (Manual del miembro del Movimiento Regnum
Christi , n. 107).
Propósito
Pedir luz y fuerza al Espíritu Santo para conocer y cumplir la voluntad de Dios en mi
vida.
Diálogo con Cristo
Gracias, Jesús, por considerarme como tu hermano, como tu madre, pidiendo
simplemente que te ame por encima de todo. Que ponga tu voluntad en primer
lugar, porque ésta debe ser siempre mi norma suprema, por encima del ambiente,
de las costumbres del mundo, de mis caprichos… Abrazar todo lo que me ayude a
cumplir tu voluntad y rechazar lo que me estorbe para seguirla, ése es el camino de
la santidad. Señor, dame la gracia de convencerme de que no hay vida más
fecunda y hermosa que la que se gasta cumpliendo con tu voluntad santísima.
«La fe no es un mero sentimiento de la presencia de Dios o de la voluntad de Dios
en la propia vida. Creer es darse, ofrecerse a Dios, entregarse a Él»
( Cristo al centro, n. 979).