CUANDO ALGUNOS SE RETUERCEN
Por Javier Leoz
Seguimos, y muy de cerca, los primeros pasos de Jesús. Del “pasen y
vean”, hoy cuarto domingo del Tiempo Ordinario, nos trasladamos a la
fascinación por la peculiar enseñanza de Jesús. Añoramos, por mucho que
algunos nos intenten convencer de lo contrario, la libertad con la que Jesús
se expresaba: lo formulaba humanamente pero con una trascendencia
divina. Hoy, en cambio, todo lo que “huela a divino” es postergado, orillado
y cuando no…ridiculizado. ¿Dónde queda la libertad? ¿Sólo es para unos?
¿Sólo para aquellos que dicen a todo que “sí” y a nada que “no”?
1.- Si nos asomamos a los medios de comunicación (visual, auricular o escrito)
difícilmente encontramos algo que nos sorprenda. Lejos de instruirnos lo único que
intentan es adoctrinarnos. Lejos de hacerlo con autoridad (como Jesús lo concebía
en un impresionante triple acorde FE/PALABRA/VIDA) pretenden diseñarnos otro
estilo de vida desde la pura superficialidad o en fórmulas mágicas que luego se
quedan en puras palabras, en sensacionalismo barato, en ruidos que nada dicen y
en líneas maestras que luego resultan ser torcidas.
Por ello mismo, la Iglesia, siempre será un pequeño problema para la sociedad
dominante (o para los domadores o anestesistas de la sociedad). Su autoridad
(FE/VIDA/PALABRA) siempre será una llamada profética, un anuncio que sacuda
conciencias, un aguijn con la única pretensin de que “el hombre inmundo” que se
filtra por gobiernos, educacin e informacin, cultura y plataformas mediáticas…..se
deje guiar por una doctrina nueva, sabia y santa: el Evangelio. ¿Imposible? ¡No!
¿Exento de dificultades? ¡Tampoco! ¿Con luchas, incomprensiones y reacciones en
su contra? ¿Acaso no las tuvo Aquel que hablaba y actuaba con máxima autoridad?
¿No las acogió, incluso con cintura, el mismo Jesús?
2.- Nos toca asistir a una realidad “poseída” por espíritus relativistas; pensamos
que la autoridad suprema viene dada por los votos o por unas leyes. Creemos que,
lo único válido y digno de ser tenido en cuenta, es lo legal, lo establecido, lo
correctamente político. ¡Así nos va! Cuando la cultura tradicional mediterránea u
occidental se empeña en apartar todo su entramado social de la relación con Dios
(que es de donde viene toda auténtica autoridad) los resultados son o pueden ser
catastróficos.
El hombre moderno, aunque nos parezca lo contrario, va buscando enseñanzas
consistentes. Personas que, además de hacer bandera de ellas, las sepan transmitir
desde dentro. ¿Y dónde está el secreto para trasladar aquellos convencimientos y
pensamientos cristianos que sabemos pueden ser sal y luz o determinar un
ambiente distinto al que vivimos? ¡Ni más ni menos que en nuestra relación
personal con Dios! Empeñarnos en levantar un edificio sin cimientos es como
pretender que un avión vuele sin motor. Reafirmar que el hombre puede vivir sin
más leyes que las humanas, es tanto como dejar un crucero a la deriva en manos
del capitán de turno. ¿Acaso no sería mejor dejarnos guiar por la fuerza de Dios,
por las líneas maestras que Jesús pone sobre la mesa de nuestra vida?
3.- Solamente seremos luz ante el mundo cuando, lejos de dejarnos contaminar por
tantos alientos que debilitan o atacan nuestra espiritualidad, nuestro ser Iglesia,
nuestra identidad cristiana o nuestra militancia en Jesús y con Jesús, seamos
escudos que detengan esos dardos envenenados que sólo tienen un fin: confundir,
desacreditar, dar lo bueno como malo, lo noble como falso, lo santo como reliquia
del pasado o a Dios como un ente inexistente.
¿Qué algunos se retuercen? Entonces es que vamos en la dirección adecuada. ¿Qué
algunos permanecen indiferentes ante nuestra presencia? Entonces, seguramente,
es que alguna flecha que otra, algún espíritu inmundo, se ha colado por las
ventanas de nuestras almas y las ha dejado tibias o hasta congeladas.
¿Dónde está nuestro corazón? ¿En Dios? Entonces, en El, estará la fuente de
nuestra inspiracin, de nuestras palabras, de nuestra forma de ser…..de nuestra
autoridad. ¿Lo reconocerán algunos o, tal vez, hace tiempo que desconectamos de
ese arranque de vida y de gracia que es Dios?
4.- SIN TI, NADA OH DIOS
¡Sorpréndeme, oh Padre!
Para que, dejándome guiar y llevar por Ti
Tú, sólo Tú, seas el soplo
que conduzca y empuje el navío de mis días
¡Sal a mi encuentro, con tus brazos abiertos!
Y, apreciando tu presencia,
nunca me falte tu aliento en mis pasos
tu Palabra en mis débiles obras
tu consejo en las noches de incertidumbres
¡Necesito tanto tu autoridad, Señor!
Saber que me acompañas en mis luchas
Creer que me arropas en mis proyectos
SIN TI, NADA, OH DIOS Y CONTIGO TODO
Eres la fuente de mi inspiración
la semilla que, mis manos, dejan en el surco
La llama viva con la cual intento prender el mundo
El amor infinito que pone al descubierto el mío
limitado, cerrado e interesado
Eres, oh Dios, el dueño de la existencia
Aquel que en el silencio habla
y en el amor tiene su último y mejor mensaje
Aquel que, cuando se le llama,
tarde o temprano responde
Aquel que, cuando se le arroja fuera del mundo,
sigue aguardando el retorno
con manos tendidas y abiertas
¡SIN TI NADA, OH DIOS!
Ayúdanos, Dios y Padre, que estás en el cielo
a sacar de nosotros aquello que nos paraliza
A dinamitar los muros que nos apartan de Ti
A expulsar el maligno que, en lucha encarnizada,
nos quiere para infierno y no para el cielo.
¡SIN TI NADA, OH DIOS!
Y contigo, lo podemos hacer todo…Seor.