Una espera vigilante en la oración.
2012-01-28
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 4,35-41:
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: "Vamos a la otra orilla." Dejando a
la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se
levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de
agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
"Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?" Se puso en pie, increpó al viento y
dijo al lago: "¡Silencio, cállate!" El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo:
"¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?" Se quedaron espantados y se
decían unos a otros: "¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le
obedecen!".
Oración introductoria
Señor, aunque creo tener fe, necesito de tu gracia para acrecentarla porque me
parezco a tus discípulos, ante los problemas y angustias me acobardo. Te suplico
que esta oración me ayude a creer con fe viva en tu nombre, a actuar mi fe de
manera filial, recordando que Tú eres un Padre que vela con infinita ternura sobre
mí. Ayúdame a descubrir tu mano amorosa detrás de todo, porque Tú sólo buscas
mi bien.
Petición
Señor, te pido me concedas caminar por la senda de una fe viva, operante y
luminosa.
Meditación
Una espera vigilante en la oración.
«Dedicó todas sus energías al servicio de una Iglesia lo más conforme posible a su
Señor Jesucristo, de modo que, al encontrarse con ella, el hombre contemporáneo
pudiera encontrarse con Jesús, porque de él tiene necesidad absoluta. Este es el
anhelo profundo del concilio Vaticano II, al que corresponde la reflexión del Papa
Pablo VI sobre la Iglesia. […] Muchos —dijo— esperan del Papa gestos clamorosos,
intervenciones enérgicas y decisivas. El Papa considera que tiene que seguir
únicamente la línea de la confianza en Jesucristo, a quien su Iglesia le interesa más
que a nadie. Él calmará la tempestad... No se trata de una espera estéril o inerte,
sino más bien de una espera vigilante en la oración. Esta es la condición que Jesús
escogió para nosotros a fin de que él pueda actuar en plenitud. También el Papa
necesita ayuda con la oración» (Benedicto XVI, 8 de noviembre de 2009).
Reflexión apostólica
«El equipo es un conjunto de miembros unidos para ayudarse en la santificación y
la perseverancia, la formación y el trabajo apostólico, a ejemplo de las primeras
comunidades cristianas. El equipo está integrado, idealmente, por ocho a quince
miembros, de manera que propicia la participación de todos y fomenta las
relaciones interpersonales. Se conforma de manera natural por relaciones de
amistad, afinidad o intereses comunes. El equipo no es un fin en sí mismo, sino un
instrumento para que los miembros se ayuden entre sí a realizar plenamente su
vocación en la Iglesia a través del Movimiento». (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 321).
Propósito
Ante las dificultades, preocupaciones y angustias, decir la jaculatoria: ¡Jesús, en ti
confío!
Diálogo con Cristo
Señor, la tormenta más grande que debo combatir diariamente es el pecado.
Necesito esforzarme constantemente para no caer en la tentación y decidirme, con
entusiasmo y confianza, a conquistar la santidad mediante la caridad. Por eso te
pido me ayudes a ser perseverante en mis propósitos. Dame la fuerza para vivir
con fervor mis compromisos espirituales y mi apostolado. Hoy te quiero dar gracias
y pedir tus gracias para mi equipo en el Regnum Christi , que tanto me ayuda a
crecer en el amor.
«Los equipos en el Movimiento han de ser esos pequeños grupos que en el
encuentro con Cristo, en comunión con sus pastores y cercanos al hermano
necesitado de amor, descubran la perla preciosa del Evangelio y vivan su
cristianismo de modo convincente y contagioso»
( Cristo al centro, n. 1885).