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Día litúrgico: Domingo IV (B) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 1,21-28): En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos
llegaron a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar.
Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas (). Todos quedaron pasmados de tal manera
que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta
con autoridad! ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Jesús, maestro con "autoridad"
Hoy vemos a Jesús "sentarse" en la "cátedra" de Moisés. Hoy es la sinagoga; otros
días será el "monte" o la orilla del mar. Lo definitivo, sin embargo, es que enseña
no como los maestros que se forman para ello en las escuelas; se sienta allí como
el "Moisés más grande", que extiende la Alianza a todos los pueblos: Jesús fue un
"israelita de verdad" y, al mismo tiempo, fue más allá del judaísmo.
Los rabinos también se sentaban en la cátedra de Moisés y, por ello, tenían
autoridad. Sus enseñanzas debían ser escuchadas y acogidas, aunque su vida las
contradijera, y aunque ellos mismos no fueran autoridad (pues la recibían de
"Otro"). Las expresiones de asombro ante Jesucristo no se referían a la calidad
retórica de sus palabras, sino a la reivindicación evidente de estar al mismo nivel
que el Legislador, a la misma altura que Dios: "Yo os digo".
—Lo nuevo es que Tú, Jesús, ¡eres Dios!, y, por eso, eres maestro de todos los
hombres.
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