VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
LA COMPASIÓN, ALIMENTO DE PRIMERA NECESIDAD
La Palabra: “Movido a compasión, Jesús extendió la mano, tocó al leproso
diciendo: „quiero, queda limpio'; y la lepra se le quitó inmediatamente y quedó
limpio” (evangelio).
1. Leyendo los evangelios se ve que lo más duro para Jesús fue ver el sufrimiento
de los seres humanos. En la intimidad con el Padre misericordioso, la compasión fue
una característica inspiradora de su actividad curativa e incluso de su muerte
injusta en la cruz; en vez de matar prefirió morir y ser fiel al proyecto de un
mundo, en el cual los seres humanos se unan para superar los males y acabar con
el sufrimiento. Este rasgo se manifiesta de modo especial en el evangelio de hoy.
La lepra era entre los judíos no solo enfermedad sino también maldición de Dios;
por eso estaba totalmente prohibido el acercamiento a los leprosos que vivían
alejados de la ciudad. Movido a compasión, Jesús no solo se acerca sino que toca
con su mano al leproso. Rompe así con una legislación inhumana.
2. En nuestra organización social, con frecuencia se funciona solo bajo la ley del
más fuerte. Para el que no tiene, no puede y no sabe, no hay lugar. Cuenta solo el
dinero y la rentabilidad. En unos lugares se impone la dictadura de la economía; si
no tienes medios económicos, en la sociedad no pintas nada. En otros lugares hay
distintas clases de dictaduras que someten y minusvaloran a las personas. Siempre
que se da valor absoluto al poder o al dinero, se apagan los sentimientos de
compasión y respeto ante la dignidad inviolable de toda persona humana. Los pocos
que tienen y pueden todo, no solo tratan de engañar; si llega el caso, quitan sin
más e impunemente la vida de quienes se oponen a su codicia desmedida.
3. Los cristianos creemos que el profundo estupor respecto a esa dignidad de todo
ser humano es el evangelio de Jesucristo. La Iglesia debe ser como el signo y la
proclamación creíble de ese evangelio. Por lo tanto, la comunidad cristiana, como el
buen samaritano, se debería distinguir por sus entrañas de compasión que
reaccionan ante situaciones de injusticia. Y hay situaciones de injusticia cuando las
personas no son respetadas como principio y fin de todas las instituciones sociales,
sino utilizadas irreverentemente por intereses bastardos de orden económico, de
orden político e incluso de orden religioso. La compasión de Jesucristo que, según la
fe cristiana, manifiesta cómo es y cómo actúa el Padre compasivo, puede ser
referencia bien saludable.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net