EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Quinto Domingo del tiempo ordinario
Libro de Job 7,1-4.6-7.
¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra? ¿No son sus jornadas
las de un asalariado?
¿Como un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su
jornal,
así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de
dolor.
Al acostarme, pienso: "¿Cuándo me levantaré?". Pero la noche se hace muy larga y
soy presa de la inquietud hasta la aurora.
Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a
su fin.
Recuerda que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad.
Salmo 147(146),1-2.3-4.5-6.
¡Aleluya! ¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios,
qué agradable y merecida es su alabanza!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y congrega a los dispersos de Israel;
sana a los que están afligidos
y les venda las heridas.
El cuenta el número de las estrellas
y llama a cada una por su nombre:
nuestro Señor es grande y poderoso,
su inteligencia no tiene medida.
El Señor eleva a los oprimidos
y humilla a los malvados hasta el polvo.
Carta I de San Pablo a los Corintios 9,16-19.22-23.
Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una
necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!
Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si
lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión.
¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente la Buena Noticia,
renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.
En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número
posible.
Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos,
para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio.
Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes.
Evangelio según San Marcos 1,29-39.
Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más
fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y
endemoniados,
y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos
demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar
desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros,
y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".
El les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones
vecinas, porque para eso he salido".
Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.
Comentario del Evangelio por
Juan Taulero (v. 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 15, Vísperas Domingo de Ramos
"Jesús se fue a un lugar desierto, y allí oraba"
Cuando el Hijo de Dios levantó la mirada al cielo y dijo: «Padre, glorifica a tu
Hijo" (Jn 17,1), nos enseñó con esta acción que debemos elevar muy alto todos
nuestros sentidos, nuestras manos, nuestras facultades, nuestra alma, y rezar en
él, con él y por él. He aquí la obra más amable y más santa que el Hijo de Dios ha
hecho aquí abajo: adorar a su Padre muy amado. Pero esto sobrepasa en mucho
todo raciocinio, y no podemos de ningún modo alcanzarlo y comprenderlo, si no es
en el Espíritu Santo. San Augustín y san Anselmo nos dicen sobre la oración que es
"una elevación del alma hacia Dios "...
Sólo te digo esto: libérate, de verdad, de tí mismo y de todas las cosas
creadas, y levanta tu alma a Dios por encima de todas las criaturas, en el abismo
profundo. Allí, sumerge tu espíritu en el Espíritu de Dios, en un verdadero
abandono..., en una unión verdadera con Dios... Allí, pide a Dios todo lo que quiere
que se le pida, lo que deseas y lo que los hombres desean de ti. Y ten esto por
cierto: lo que es una insignificante moneda frente a cien mil monedas de oro, lo es
toda oración exterior frente a esta oración que es unión verdadera con Dios, este
derroche y esta fusión del espíritu creado en el Espíritu increado de Dios...
Si se te pide una oración, es bueno que la hagas de modo exterior como se te
ha pedido y como lo prometiste. Pero, haciendo esto, conduce tu alma hacia las
alturas y a tu desierto interior, empuja allí todo tu rebaño como Moisés (Ex 3,1)...
"Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad " (Jn 4,23). En
esta oración interior se unifican todas las prácticas, todas fórmulas y todos los tipos
de oración que desde Adán hasta hoy se han ofrecido y que serán todavía ofrecidos
hasta el último día. Llevamos todo esto a su perfección en un instante, a través de
este recogimiento verdadero y esencial.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”