EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 8,14-21.
Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la
barca.
Jesús les hacía esta recomendación: "Estén atentos, cuídense de la levadura de los
fariseos y de la levadura de Herodes".
Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan.
Jesús se dio cuenta y les dijo: "¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan?
¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida.
Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan
cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre
cinco mil personas?". Ellos le respondieron: "Doce".
"Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas
de trozos recogieron?". Ellos le respondieron: "Siete".
Entonces Jesús les dijo: "¿Todavía no comprenden?".
Comentario del Evangelio por
San Hilario (hacia 325-367) obispo de Poitiers, doctor de la Iglesia
Tratado sobre la Trinidad, 37-38
Padre, todopoderoso, a ti dedico las energías principales y quehaceres mayores
de mi vida. Que todas mis palabras y pensamientos estén ocupados en ti. Siendo
pobres, te pedimos lo que nos falta. Con gran esfuerzo para escrutar las palabras
de tus profetas y de tus apóstoles, llamaremos a todas la puertas cerradas del
saber para que se nos abran.
Pero eres Tú quien tienes que acceder a nuestra petición, darnos lo que te
pedimos, abrir la puerta cerrada. En efecto, vivimos en una especie de sopor a
causa de nuestra naturaleza. Somos incapaces de comprender tus misterios a
causa de la ignorancia invencible de nuestra debilidad espiritual.
Pero el ansia por tus enseñanzas fortalece nuestra percepción de la ciencia
divina y la obediencia de la fe nos levanta más allá de nuestra capacidad natural de
conocer. Esperamos, pues, que Tú estimules los inicios de esta difícil empresa, que
la fortalezcas en su crecimiento, que nos llames a participar del espíritu de los
profetas y apóstoles. Queremos comprender sus palabras en el sentido en que
fueron pronunciadas y emplear los términos exactos para reproducir fielmente las
realidades que ellos expresaron. Concédenos, pues, el sentido exacto de las
palabras, la luz de la inteligencia, la nobleza del lenguaje y la fe recta.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”