Jesús, suspirando profundamente”
Mc 8:10-13
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. ESTE EPISODIO ES UNA INSIDIA FARISAICA.
Unos fariseos salieron de la ciudad para abordar a Cristo en el lugar de su desembarco o a
la regin contigua, para “probarle,” tentarle. Le piden una “seal” que acreditase su
mesianismo de modo irrefutable. En el contexto se ve que se trata de una insidia. Los otros
milagros se los atribuían a Belcebú. Un “signo” de este tipo, “del cielo” esperan que no
pueda hacerlo, y así proclamarán su fracaso y descrédito.
La peticin de “una signo del cielo”, situada en este contexto, tiene el significado provocador
de no reconocer el valor del milagro del maná renovado por el “profeta” de Nazaret. La
intencin de los fariseos, destacada por el autor sagrado, es por tanto, la de “tenderle una
trampa”. Eso permite comprender la respuesta categrica de Jesús, con la que se niega a
conceder “seal” alguna.
2. LA AMARGURA ÍNTIMA DE CRISTO
Este fragmento del Evangelio nos destaca la amargura íntima de Cristo, el que se diga;
“Jesús , suspirando profundamente”, estos es, exhalar un profundo suspiro, ante la actitud
irreductiblemente hostil de los fariseos ante sus obras, es indicación de la amargura íntima de
Cristo
En efecto, Judíos escribas y fariseos, con una engañosa disposición a creer, piden como
condición ser testigos de un signo, o señal, esta es condición indispensable para creer. Al
parecer todo lo que había realizado Jesús les parecía poco, además que esta era una
nueva maniobra de fariseísmo que acostumbraba a atacar a Jesús.
3. ¿NO SERIAN SUFICIENTEMENTE CONVINCENTE LAS SEÑALES
QUE HABÍA DADO JESÚS?
Los fariseos, pedían ver algo extraordinario, un milagro fuera de lo común, una
manifestación asombrosa y sensacional. ¿No les bastaría, no serian suficientemente
convincente las señales que había dado Jesús?
Hoy, aún los hombres parecen insatisfechos con todo lo que se da, y tiene un gran gusto
por pedir, incluso, piden cosas desmedidas y en un mundo con una problemática donde la
irreverencia es dominante, donde el que puede le falta el respeto a nuestra fe, y la “crisis de
la fe”, esta muy presente.
Los cristianos del mundo de hoy, tenemos que considerar un minucioso análisis de lo que
esta sucediendo, y no pensemos en milagros asombrosos para demostrar nuestra fe.
Dispongámonos a vivir comprometidamente con nuestra fe, dando testimonio con nuestra
actitud de vida, para que sirva de ejemplo a ese tipo de personas de hoy y que en aquel
tiempo Jesús respondió: En verdad os digo que no se le dará ninguna; Esta respuesta va a
los jefes del pueblo, escribas y fariseos de ese entonces, ¿a quien se la dirigimos hoy? ¿a
los cerrados de mente?
4. HAY MUCHOS AÚN QUE SE NIEGAN A ACEPTAR A CRISTO
Así es, a Cristo no se le puede aceptar en la mente o en el pensamiento, si primero no se
nos abre el corazón, porque la fe no un asunto de conocimiento, es entrega, con
generosidad y aceptación.
Hay muchos aún que se niegan a aceptar a Cristo, le entran las palabras por el oído y las
encuentran muy bonitas, pero no creen en ella y gran culpa tenemos de esto. Tenemos que
ser capaces de reconocer que si este mundo nuevo hay ateos por doquier y rechazan al
Señor, es como consecuencia de un rechazo de la falsa imagen que de él nosotros mismos
como cristianos estamos entregando, porque le presentamos una imagen de vida que no es
convincente.
5. JESÚS, SUSPIRANDO PROFUNDAMENTE
Dice el Evangelio: “ Jesús, suspirando profundamente”, ¿acaso no estará dando el Señor el
mismo suspiro hoy?, preguntémonos, ¿somos verdaderos signos de Cristo?, ¿mis hermanos
pueden ver en mí un verdadero cristiano?, ¿soy capaz de transparentar a Cristo?
Hermanas y Hermanos, los judíos en su época pedían un signo, hoy los hombres nos piden
lo mismo, entonces estamos todos los cristianos obligados a dar testimonio con nuestra
forma de vida que somos un verdadero signo consagrado a Cristo, estos va para todos, los
laicos, los consagrados, los religiosos y los sacerdotes. Si mostramos ser un verdadero
signo sacramental, de Jesucristo, muchos crearan más en El, entonces en el mundo habrá
mas cristianos, y si hay mas seguidores del Señor, viviremos en un mundo de mas amor.
El Señor les Bendiga