Tiempo y Eternidad
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José Manuel Otaolaurruchi, L.C.
Protestantismo rico, catolicismo pobre
EL PAIS publicó el 8 de enero un artículo de Juan Bedoya donde llama a los países
católicos de la UE, manirrotos y “Cerditos”. Cerditos por las siglas PIGS: Portugal, Italia,
Grecia y Spain . Este insulto lo propagó el New York Times a través de una caricatura de
Jim Morin sin ningún empacho.
La teoría de que el mundo protestante es más exitoso económicamente que el católico nace
con el sociólogo alemán Max Weber (1864-1920), quien postuló la tesis partiendo de la
constatación de que los países protestantes van progresando de modo constante, mientras
que los católicos se mantienen en la indigencia.
A partir de esta tesis y aprovechando las circunstancias actuales, Juan Bedoya une el
histórico éxito financiero del protestantismo con el insulto de los “Cerditos”.
Weber afirma en su libro, Ética protestante y el espíritu del capitalismo, que el
protestantismo promueve el trabajo, la honradez, el ahorro y el apego a las cosas materiales,
mientras que los católicos, en cambio, son perezosos, consideran el trabajo como un
castigo, son conformistas, tramposos y derrochadores.
Esta tesis la rebate Michael Novak en su libro The Catholic Ethic and the Spirit of
Capitalism, y Fukuyama. Ellos evidencian la inconsistencia de la tesis porque hay países
protestantes con retraso, como Escocia, países católicos con fuerza y estabilidad como
Austria o Liechtenstein y países católicos con economías emergentes como Brasil, México
o Colombia. Además, ningún teólogo protestante serio ha defendido nuevamente esta tesis,
entre otros argumentos.
Desde el punto de vista metodológico la tesis de Weber confunde el post hoc con el propter
hoc. Es decir, que no encuentra una causa eficiente que lo pruebe, sino que lo afirma sobre
la base de que muchos países protestantes son económicamente más exitosos que los
católicos. Una tesis para ser válida debe aplicarse siempre y en todo momento, de lo
contrario es falsa. La ecuación “puritano” igual a “progreso económico” no la demuestra
bajo ningún criterio sociológico ni mucho menos económico. De hecho, habría que analizar
su concepción antropológica, pues parece identificar al hombre como un “ser económico”
como elemento fundante sobre otras dimensiones como la espiritual.
Hay que saber refutar esta nueva “leyenda negra de la Iglesia” que se va propagando sin
tener valor científico, posee errores, además de que hay muchos casos que la contradicen a
favor y en contra. Lo malo es que una mentira repetida muchas veces, termina aceptándose
como si fuera verdad. twitter.com/jmotaolaurruchi