VII Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Con permiso de dominicos.org
Mitad de esta semana seguimos el itinerario del Tiempo Ordinario, para cambiar
de rumbo en la segunda parte al entrar en la Cuaresma. La música y la letra de
la Palabra del domingo es un oportuno menú que nos invita a aceptar el misterio
del Dios amor, el que todo lo hace nuevo, para el que todo es posible, quien se
luce siempre en sorprendernos con la belleza oculta de su perdón, con el lenitivo
de nuestro dolor, sea éste del alma o del cuerpo. Y así lo manifiesta Jesús de
Nazaret en el evangelio: cercanía de Dios con la persona humana, y más si está
incursa en procesos dolorosos (pecado y parálisis). La súplica del Salmo
Responsorial tiene acogida segura en Aquel que no se acuerda del pecado de sus
hijos, porque es Padre-Madre que sólo sabe amar. La sinceridad de Jesús así lo
atestigua, como nos lo recuerda la II Lectura.
El lunes y martes continuamos con la lectura de la carta de Santiago; los
evangelios de estos días forman un dúo que reta nuestra confianza en Cristo y
aclara actitudes a la hora de su seguimiento: quien desee ser el primero que sea
el servidor de todos, como el Maestro.
El miércoles se abre la Cuaresma que, a no olvidar, no se resuelve en sí misma,
sino que se orienta a la Pascua. El rito de la ceniza, u otros alternativos,
subrayará que lo sustancial del camino hacia la Pascua no es acumular
privaciones sino incrementar la riqueza del seguimiento del evangelio del Señor
Jesús. Bien claro que lo proclaman las dos primeras lecturas del Miércoles de
Ceniza, siendo el evangelio el que remacha el mensaje: el Dios escondido está
en el corazón de todos sus hijos.
La segunda parte de la semana, ya con color cuaresmal, nos recordará la
generosidad de Dios que, ofreciendo lo mejor a sus hijos, mima y respeta
nuestra libertad, y no deja de recordarnos qué ayuno es el que quiere, que, por
fortuna, no coincide con el que nos hemos inventado. El evangelio, a su vez, nos
ofrece recursos para centrar nuestro caminar: seguimos al Jesús del Evangelio, y
deseamos vivir el Evangelio del Señor Jesús. Nuestro mejor programa
cuaresmal.
Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de San Jacinto (Sevilla)