La “Vocación” de Leví (Mateo).
Lc 5, 27-32
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
EL HOMBRE PECADOR
El hombre pecador es llamado por la Misericordia a la conversión para gustar la comunión con
Dios. Enfermo en lo hondo del corazón, languidece buscando en el atolondramiento de los
sentidos o de la superactividad el paliativo a la angustia que le devora interiormente, quizás sin
saberlo.
Si no me reconozco a mí mismo en ese hombre pecador, herido, no es para mí la fiesta del
perdón, la alegría de la curación. Continuaré sentándome en la mesa de la gente "de bien", sin
contaminarme con la suciedad moral y material de los otros, sin dejar que me inquiete el Amor
que va en busca de quien está llagado interior-mente para sanarlo.
Por medio del profeta Isaías, Dios nos ha pedido compartir. En el Evangelio lo vemos
encarnado: Jesús mismo ha compartido hasta el extremo, saciando con la propia vida al
hambriento de justicia-santidad. La comunión que el Señor nos invita a construir entre nosotros
tiene un precio elevado, que él ha pagado totalmente solo: asume todo el dolor del otro, aun el
sufrimiento más desolador y que menos se nota, el del pecado. Si reconozco ser yo el pecador
sanado de sus heridas, no buscaré más -tanto para mí como para los míos- que el abrazo
infinitamente misericordioso de esas manos crucificadas.
ORACION
Padre misericordioso, tú cuidas de todos los pequeños de la tierra y quieres que cada uno sea
signo e instrumento de tu bondad con los demás. Tú brindas tu amor a todo hijo herido por el
pecado y quieres unirnos a unos con otros con vínculos de fraternidad.
Perdóname, Señor, si he cerrado las manos y el corazón al indigente que vive a mi lado, pobre
de bienes o privado del Bien. Todavía no he comprendido que tu Hijo ha venido a sentarse a la
mesa de los pecadores; me he creído mejor que los demás. Por esta razón soy yo el pecador.
Haz que resuene tu voz en mi corazón, llámame ahora y siempre, oh Dios. Abandonando las
falsas seguridades, quiero levantarme para seguir a Cristo en una vida nueva. Y será fiesta.