EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la segunda semana de Cuaresma
Libro de Daniel 9,4b-10.
Oré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: "¡Ah, Señor, Dios, el Grande, el
Temible, el que mantiene la alianza y la fidelidad con aquellos que lo aman y
observan sus mandamientos!
Nosotros hemos pecado, hemos faltado, hemos hecho el mal, nos hemos rebelado y
nos hemos apartado de tus mandamientos y tus preceptos.
No hemos escuchado a tus servidores los profetas, que hablaron en tu Nombre a
nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país.
¡A ti, Señor, la justicia! A nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro,
como les sucede en este día a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y
a todo Israel, a los que están cerca y a los que están lejos, en todos los países
adonde tú los expulsaste, a causa de la infidelidad que cometieron contra ti.
¡A nosotros, Señor, la vergüenza reflejada en el rostro, y también a nuestros reyes,
a nuestros jefes y a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti!
¡Al Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado
contra él!
Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, para seguir sus leyes,
que él puso delante de nosotros por medio de sus servidores los profetas.
Salmo 79(78),8.9.11.13.
No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.
Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.
Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte.
Y nosotros, que somos tu pueblo
y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas
por todas las generaciones.
Evangelio según San Lucas 6,36-38.
Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y
serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada,
sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará
para ustedes".
comentario del Evangelio por
Juan Taulero (v. 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Primer Sermón para el IV domingo después de la Trinidad
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso»
Es una cosa arriesgada y peligrosa que un hombre juzgue a otro; cada uno
debe estar atento a abstenerse de este pecado. Porque el que es la Verdad dijo:
"Con la medida con la que midáis, seréis medidos". Si eres muy misericordioso,
encontrarás gran misericordia; si lo eres poco, encontrarás allí poco; si no tienes
misericordia, tampoco la encontrarás allí para ti. Debemos probar y ejercer esta
misericordia interiormente, en su voluntad profunda, de tal modo que sientas una
compasión profunda y sincera por tu prójimo, siempre que lo veas sufrir, y que le
pidas a Dios de todo corazón que le consuele.
Si puedes socorrerlo exteriormente, con algún consejo o algún donativo, con
palabras o con obras, lo harás en la medida de lo posible. Si no puedes hacer
mucho, haz sin embargo algo, sea una obra de misericordia interior o exterior: dile
por lo menos, una buena palabra. De este modo,cumples con lo que le debes, y
encontrarás a un Dios misericordioso.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”