EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Tercer Domingo de Cuaresma B
Libro del Exodo 20,1-17.
Entonces Dios pronunció estas palabras:
"Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en esclavitud.
No tendrás otros dioses delante de mí.
No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o
abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un
Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y
cuarta generación, si ellos me aborrecen;
y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis
mandamientos.
No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin
castigo al que lo pronuncie en vano.
Acuérdate del día sábado para santificarlo.
Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas;
pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán
ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus
animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades.
Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en
ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo
declaró santo.
Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el
Señor, tu Dios, te da.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su
esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le
pertenezca.
Salmo 19(18),8.9.10.11.
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
da sabiduría al simple.
Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos.
La palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.
Son más atrayentes que el oro,
que el oro más fino;
más dulces que la miel,
más que el jugo del panal.
Carta I de San Pablo a los Corintios 1,22-25.
Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría,
nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos
y locura para los paganos,
pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como
griegos.
Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la
debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.
Evangelio según San Juan 2,13-25.
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén
y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los
cambistas sentados delante de sus mesas.
Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus
bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas
y dijo a los vendedores de palomas: "Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de
mi Padre una casa de comercio".
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me
consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: "¿Qué signo nos das para obrar así?".
Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar".
Los judíos le dijeron: "Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este
Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?".
Pero él se refería al templo de su cuerpo.
Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y
creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su
Nombre al ver los signos que realizaba.
Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos
y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo que hay en el interior
del hombre.
Comentario del Evangelio por
Orígenes (v. 185-253), sacerdote y teólogo
Comentario al Evangelio de Juan, 10
Al tercer día resucitaré
Es grande, el misterio de nuestra resurrección, y extremadamente difícil de
sondear. Es anunciado en muchos textos de la Escritura, pero sobre todo en
Ezequiél: "El Espíritu del Señor me depositó en un valle lleno de huesos
humanos...; estaban completamente secos. El Señor me dijo: Hijo de hombre,
¿estos huesos vivirán? Respondí: Señor, tú lo sabes. Me dijo: profetiza sobre estos
huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchad la palabra del Señor" (Ez 37,1-4)...
Entonces, cuáles son estos huesos a los que les dice: "Escuchad la palabra del
Señor" si no el Cuerpo de Cristo, sobre el que el Señor decía: "Todos mis huesos
están dislocados" (Sal. 21,15)... Y así como se efectuó la resurrección del cuerpo
verdadero y perfecto de Cristo, un día los miembros de Cristo... serán reunidos,
hueso con hueso, juntura con juntura. Nadie privado de esta juntura, alcanzará "el
hombre perfecto, a la medida del cuerpo de Cristo en su plenitud" (Ef 4,13).
Entonces "todos los miembros del cuerpo, aunque muchos, formarán un solo
cuerpo" (1Co 12,12)...
Digo esto a propósito del Templo sobre el que el Señor dijo: "El celo por tu
casa me devora" (Sal. 68,10), y a propósito de los judíos que le pedían les
mostrase un signo, y en fin a propósito de su respuesta:... "Deste Templo, y en tres
días lo levantaré". Porque hace falta que sea expulsado de este templo, que es el
Cuerpo de Cristo, todo lo que niega la razón y lo que depende del comercio, para
que de ahora en adelante este templo no sea más una casa de vendedores.
Hace falta además... que después de su destrucción, por los que niegan la
palabra de Dios, sea levantado al tercer día... Gracias a la purificación de Jesús, sus
discípulos, habiendo abandonado todo lo que no es razonable y toda forma de
comercio y a causa del celo del Verbo, la Palabra de Dios, que está presente en
ellos, sus discípulos "serán destruidos" para "ser levantados" por Jesús en tres
días... Porque hacen falta tres días enteros para que esta reconstrucción se
termine. Por eso, podemos decir de una parte, que la resurrección se efectuó y por
otra parte, que tiene que venir: verdaderamente "hemos sido sepultados con Cristo
" y " con Él nos levantaremos " (cf Rm 6,4)... «Todos serán vivificados en Cristo,
pero cada uno en su puesto: primero, Cristo, como primicia, después, todos los que
son de Cristo en su venida" (1Co 15,22s).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”