EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 8,21-30.
Jesús les dijo también: "Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su
pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir".
Los judíos se preguntaban: "¿Pensará matarse para decir: 'Adonde yo voy, ustedes
no pueden ir'?".
Jesús continuó: "Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este
mundo, yo no soy de este mundo.
Por eso les he dicho: 'Ustedes morirán en sus pecados'. Porque si no creen que Yo
Soy, morirán en sus pecados".
Los judíos le preguntaron: "¿Quién eres tú?". Jesús les respondió: "Esto es
precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo.
De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es
veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo".
Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre.
Después les dijo: "Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre,
entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo
que el Padre me enseñó.
El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo
que le agrada".
Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.
comentario del Evangelio por
San Máximo de Turín (?-v. 420), obispo
CC Sermón 57 ; PL 57,339
Cuando levantéis al Hijo del hombre, entonces comprenderéis que Yo Soy
Cristo nuestro Señor ha sido crucificado para liberar al género humano del
naufragio de este gente... En el Antiguo Testamento Moisés había levantado, en
medio de los moribundos, una serpiente de bronce atada a una estaca; había
ordenado al pueblo esperar la curación mirando este signo (N 21,6s). Era este un
remedio de tal potencia contra la mordedura de las serpientes, que el herido,
volviéndose hacia la serpiente elevada, confiaba y en seguida recuperaba la salud.
El Señor no dejó de recordar este episodio en el Evangelio cuando dijo: "Como
Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del
hombre " (Jn 3,14)...
La serpiente es pues la primera en ser crucificada, por Moisés. Es sólo justicia,
ya que el diablo fue el primero que pecó bajo la mirada del Señor (Gn 3)... Fue
crucificado sobre un tronco, lo que es justo, ya que el hombre había sido engañado
indirectamente por árbol del deseo; en lo sucesivo, es salvado por un tronco
tomado de otro árbol... Después de la serpiente, es el hombre quien es crucificado
en el Salvador, sin duda alguna, para castigar no sólo al responsable, sino también
el delito. La primera cruz se venga sobre la serpiente, la segunda sobre su veneno:
el veneno que por su persuasión había penetrado en el hombre es rechazado y
curado... He aquí lo que hizo el Señor por su naturaleza humana: Él, el inocente,
sufre; en Él la desobediencia, provocada por el famoso engaño del diablo, es
enmendada; y liberado de su falta, el hombre es liberado de la muerte.
Ya que tenemos por Señor, a Jesús que nos liberó por su Pasión, tengamos
constantemente los ojos fijos en Él, esperemos siempre encontrar en este signo el
remedio a nuestras heridas. Si el veneno de la avaricia viniera a apoderarse de
nosotros, miremos la cruz, ella nos librará; si el deseo, este escorpión, nos roe,
implorémosla, ella nos curará; si las mordeduras de los pensamientos de aquí abajo
nos laceran, roguémosle y viviremos. He aquí las serpientes espirituales de
nuestras almas: para pisotearlas, el Señor fue crucificado. Él mismo nos dice: " Os
di el poder de pisotear serpientes, escorpiones, y nada podrá dañaros " (Lc 10,19).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”