“Yo lo conozco y soy fiel a su palabra.”
Jn 8, 51- 59
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
JESÚS DIJO A LOS JUDÍOS: LES ASEGURO QUE EL QUE ES FIEL A MI PALABRA NO
MORIRÁ JAMÁS.
Esta afirmación de Jesús, que El es dispensador de vida eterna, da lugar a una declaración
trascendental del mismo. Sin embargo los judíos le discutieron que si acaso El se creía
superior a Abraham y los profetas. La diferencia esta que estos anunciaban una nueva vida,
pero no la dispensaban, y por eso murieron. Los judíos le preguntan a Jesús: Acaso eres
más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió. Y Jesús sin ir directo a la pregunta,
le dice una solemne afirmación: Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo,
esperando ver mi Día: lo vio y se lleno de alegría. Con esta afirmación nos hacemos dos
preguntas: Cual es este mi día, que a expresado Jesús? ¿Cual es este mi día que
Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo? Jesús, adapta aquí, conforme al
procedimiento por insinuación, la expresión reservada a Dios en el A.T.: el día de Yahvé. Ya
con ello esta enlazándose con la divinidad.
EL PADRE DE USTEDES, SE ESTREMECIÓ DE GOZO, ESPERANDO VER MI DÍA
Este mi día que deseo ver Abraham ha sido entendida por San Agustín como el día de la
encarnación, por San Crisóstomo por el día de la pasión y por San Cirilo, por el día de la
encarnación y la pasión (BEC). Pero también, mi día, no solo significa un día, puede
significar también una época (Jn 14:20; 16:23.26). No he encontrado ninguna referencia que
asigne limitar este día a un momento determinado de la vida de Jesús. Jesús ha dicho a sus
discípulos: Muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír
lo que oís, y no lo oyeron (Lc 10:24). Entonces podemos pensar que ese deseo de Abraham
de ver este día, se refiere a esta expresión de Cristo. En efecto, muchos israelitas tenían
ansias de los días del Mesías. Sin embargo, teniéndolo ellos presente, no lo quieren ver.
Jesús dice lo vio y se lleno de alegría, entonces cabe otra pregunta, si Abraham vio este
día, como lo vio
UNA VISIÓN PROFÉTICA DE LA GLORIA DE CRISTO.
Dios le hablo a Abraham y le dijo: yo te he constituido padre de una multitud de naciones.
Te haré extraordinariamente fecundo, de ti suscitare naciones, y de ti nacerán reyes (Gen
17, 1-9). Entonces puede ser probable que aquí se habla, más que de una revelación
manifiesta, de una visión que Abraham tuvo de alguna forma, cuando se le prometió que en
su descendencia serian bendecidos los pueblos de la tierra. Ante esta promesa de Dios,
Abraham hubo de ver así al Mesías y exultar de júbilo ante ello. En la fe murieron todos (los
patriarcas), sin recibir (en sus días el cumplimiento de) las promesas; viéndolas de lejos y
saludándolas (Heb 11:13; cf. Num 4:17). Y el mismo Juan escribe mas adelante: Esto dijo
Isaías porque vio su gloria y hablo de El (Jn 12:41). Y con esto alude el evangelista a la
visión que Isaías tuvo en el templo (Is 6:1-4, parte de ella la cantamos en la Plegaria
Eucarística: Santo, Santo, Santo, Santo es el Señor, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria, y que se interpreta por el evangelista como
una visión profética de la gloria de Cristo.
LES ASEGURO QUE DESDE ANTES QUE NACIERA ABRAHAM, YO SOY.
Abraham tenía 100 años cuando nació Isaac, por este hijo vendría la línea mesiánica, este
hijo había sido prometido por Dios. Después que Yahvé visito a Sara, esta dijo: Dios me ha
dado de que reír (Gen 21:6), y le produjo una gran alegría,, entonces habría percibido, por
la prolongación en que terminaría aquel nacimiento, el día de Cristo. A esta enseñanza de
Jesús responden, irónicamente, los judíos, diciéndole Todavía no tienes cincuenta años y
has visto a Abraham La respuesta de los judíos esta planteada ex profeso en un terreno
irreal. Pero se explica. Cabría que hubiesen admitido que Abraham hubiese podido ver a
Jesús. Pero como la insinuación hecha por Jesús a Abraham esta en la suposición de que
Abraham vio al Mesías, cosa que ellos rechazan para Jesús, no queda otro remedio que
plantear este asunto en un terreno ilógico: que Jesús no pudo ver a Abraham. Esta objeción
irónica de los judíos da lugar a la gran afirmación de Cristo: Les aseguro que desde antes
que naciera Abraham, Yo Soy. Antes de que Abraham existiese, Jesús ya existía. No se
utiliza el mismo verbo para indicar esto. Dijo Dios a Moisés, Yo soy el que soy, y añadió: Así
dirás a los israelitas (Ex 3:14) evocación del nombre de Dios. Es decir Yo existo = Yahvé.
Es el Verbo, que existía ya antes de la creación del mundo (Jn 1:1.2.15.30). Logísticamente
es la misma contraposición que se establece en el prologo entre el mundo que fue creado y
la encarnación del Verbo el Verbo que existia en la eternidad. Es también la forma con que
en el A.T. se habla de la eternidad de Dios (Sal 90:2; Jer 1:5; Prov 8:25).
“LES ASEGURO QUE EL QUE ES FIEL A MI PALABRA NO MORIRÁ JAMÁS.”
Entonces tomaron piedras para apedrearlo. La lapidación era la pena legislada contra los
blasfemos (Lev 24:16). En estos casos la multitud procedía, sin más consideración jurídica,
lapidándolos (Act 6:12.58). Por Flaviano Josefo (Historiador Judío), se sabe que el pueblo,
estando en el mismo templo, tomo piedras allí mismo y apedreo a la legión romana que
estaba presente. Aun el templo estaba en obras. Pero no pudieron apedrear a Cristo, pues
este se oculto y salio del templo. No era la hora de Dios (Jn 7:30; 8:20).
Volvamos al inicio: Jesús dijo a los judíos, “Les aseguro que el que es fiel a mi palabra no
morirá jamás.” Esta afirmación de Jesús, es una declaración muy importante del mismo, es
trascendental, El nos esta señalando cual es el camino para conseguir la vida eterna,
guardar su Palabra, pero para eso, es preciso no solo oírla, además, aceptarla, sentirla que
es salvadora y la debemos llevar atesorada en nuestro corazón, en nuestras obras,
pensamientos y sentimientos. Aprendamos del ejemplo de Jesús, el que es Dios, oye la
Palabra de Dios, el se guía por esta Palabra.
El Señor les Bendiga